Cuenta la tradición que santa Teresa se encontró, en el convento de la Encarnación de Ávila, con el Niño Jesús. Por la ancha escalera principal del monasterio bajaba el Niño Jesús, a la vez que subía Teresa. El Niño Jesús dijo a la religiosa: ¿cómo se llama? A lo que la monja preguntó: ¿quién eres tú? El Niño Dios contestó: Yo soy Jesús de Teresa... y respondió nuestra santa: pues yo soy Teresa de Jesús. Y desapareció el Niño Dios.
Muchos otros encuentros vivió la santa en la Encarnación. Una vez, hablando de Dios en el locutorio con san Juan de la Cruz, notaron que sus cuerpos se elevaban de la tierra, y se agarraron al pesado sillón de madera. Pero el arrobamiento fue tal que se elevaron con sillón y todo. Y así les encontró la religiosa que fue a llamar a la santa, pues era hora de comer.
Otro encuentro fue con un ángel. Se realizó el fenómeno de la transverberación. Lo describe la santa en el Libro de la Vida (Cap. 29): “Veía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo en forma corporal. No era grande sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos que parecen todo se abrasan; deben ser los que llaman querubines. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego; éste me parecía meter por el corazón algunas veces y me llegaba a las entrañas”. En la iglesia de la Encarnación, las religiosas enseñan la capilla donde se realizó este fenómeno místico, cuya fiesta se celebra el 26 de agosto. Con procesión por las calles de Ávila y Alba de Tormes, donde se muestra la reliquia del corazón.
Durante estos días, que tanto Ávila como Alba de Tormes, están “tirando la casa por la ventana”, se habla de un gran ENCUENTRO. Se trata de invitar a todas las Teresas de España, para que se reúnan en Ávila en honor a la Santa.
Quieren que Ávila y su provincia convoque a las Teresas. ¿No se podía hacer lo mismo en Palencia y su provincia? Sería un reconocimiento y agradecimiento a la Santa por las alabanzas que hizo de la gente palentina. Además, en Palencia hay un pueblo que es de los más señalados en España por su devoción a la Santa.
Germán García Ferreras
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