Ya está cercano el 24 de septiembre, fiesta de Ntra. Sra. de la Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias. Esta advocación mariana, de claras connotaciones liberadoras nos recuerda que en medio de tanto sufrimiento es necesario mirar a nuestro alrededor, descubrir el dolor de los otros y recuperar la esperanza como don de Dios. Para ello es fundamental la oración personal y la escucha de la Palabra, especialmente el evangelio de cada día. María de la Merced es Madre de todos, y sufre y se compadece con los carentes de libertad. Ella es ejemplo de esperanza, ahí radica su auténtica “Merced”, su regalo, su dádiva para sus hijos cautivos.
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