martes, 20 de mayo de 2014

San Bernardino de Siena

San Bernardino de Siena. Anónimo castellano, S. XVIII. Parroquia Nuestra Señora de la Asunción. Abia de las Torres
Nace en 1380 en Massa, cerca de Siena. Hijo de una noble familia, recibió una esmerada y completa educación cristiana. Con 22 años ingresó en el convento franciscano de Siena, donando todos sus bienes a los pobres. A los 24 años fue ordenado sacerdote, encargándole la misión de predicar en la región de Siena. Más tarde predicó en la Lombardia, Milán, Como, Bergámo, Plasencia y Brescia, Mantua, Venecia, Vincenza, Ferrara... Se quedaban pequeñas las iglesias para escuchar sus sermones y lo hacía en las plazas.

Su oratoria estaba llena de intenso amor a Jesucristo y su persuasión era de tal calidad que arrancaba lágrimas de penitencia en sus oyentes y conversiones radicales. Su amor a Jesucristo lo resumía en el anagrama J.H.S. que desde él tan popular se hizo. Además de llevarlo pintado en su banderín, lo hacía grabar y reproducir en libros, estampas, medallas, casas, ayuntamientos, plazas, y estas iniciales eran el recordatorio de la única salvación.

Ante su popularidad, fama de santidad y milagros, sus paisanos de Siena piden al Papa que le nombre Obispo, pero él con humildad, lo rechazó tres veces. Pasa sus últimos años en el convento romano de Capriola. Nombrado vicario general por Eugenio IV, se encarga de fomentar la reforma franciscana, ayudado por su discípulo Juan de Capistrano. Más tarde renuncia a la Vicaría para seguir predicando, y muere en Áquila en 1444. En 1450, por aclamación popular, es beatificado y canonizado por Nicolás V.

Patrón de los publicistas, se le representa vestido de franciscano, con el nombre de JHS en su pecho o en su vara, y tres mitras, como símbolo de las veces que renunció a ser obispo. En la diócesis se conservan bellas obras con su imagen, algunas procedentes de conventos franciscanos desamortizados en el siglo XIX. Destacan las del Museo Diocesano de Palencia, la del Museo Parroquial de Piña, y la talla de la parroquia de Abia de las Torres.

Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio

Oración
Señor Dios, que infundiste en el corazón de San Bernardino un amor admirable al nombre de Jesús, concédenos, por su intercesión y sus méritos, vivir siempre impulsados por el espíritu de tu amor. P. J. N .S

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