El pasado 25 de abril la diócesis conmemoró el Centenario del fallecimiento de San Benito Menni. Con este acto, también arrancan los actos de celebración de los 125 años de la presencia en Palencia de los Complejos Hospitalarios de San Luis y San Juan de Dios.
San Benito Menni llegó a Palencia buscando restaurar el centro que tenía la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios antes de la Desamortización. El centro solo acogía a hombres, y las mujeres con enfermedad mental no estaban atendidas. Para tratarlas fundó la Orden de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón. Así, su misión en Palencia se cumplió en 1889 al recuperar el psiquiátrico de hombres con el nombre de San Juan de Dios y fundar uno para mujeres, que denominó San Luis.
La eucaristía -presidida por nuestro Obispo- tuvo lugar en la parroquia de San Lázaro, ubicación inicial de las Hermanas Hospitalarias en Palencia. En su Homilía, Mons. Escudero, tras recordar la vida de San Benito Menni que tuvo como lema “rogar, trabajar, padecer, sufrir, amar a Dios y callar”... recordó qué significado tiene la “opción por los pobres en la Iglesia actual” desde las enseñanzas del Papa Francisco:
- Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica. Dios les otorga «su primera misericordia». Esta preferencia divina tiene consecuencias en la vida de fe de todos los cristianos, llamados a tener «los mismos sentimientos de Jesucristo» (Flp 2, 5). Inspirada en ella, la Iglesia hizo una opción por los pobres entendida como una «forma especial de primacía en el ejercicio de la caridad cristiana, de la cual da testimonio toda la tradición de la Iglesia» [Evangelii Gaudium 198].
- Es indispensable prestar atención para estar cerca de nuevas formas de pobreza y fragilidad donde estamos llamados a reconocer a Cristo sufriente, aunque eso aparentemente no nos aporte beneficios tangibles e inmediatos: los sin techo, los toxicodependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados... [EG 210].
- La peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria [EG 200].
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