jueves, 2 de abril de 2015

Jueves Santo: Día del Amor Fraterno

Estoy generoso. Te regalo un Décimo de Lotería. Un Décimo que tiene el premio asegurado... si así lo quieres. Y un Décimo con el que puedes cambiar el mundo.

Para empezar, busca un momento de tranquilidad. Para pensar: ¿Soy un premio Gordo para las personas que viven a mi lado? ¿O soy un segundo premio, o un tercero, o un cuarto? ¿O soy una pedrea? ¿O un reintegro? ¿O no reparto nada porque todo me lo quedo?

¿Qué premio soy? ¿Qué hago con las “capacidades” que tengo? La capacidad de acoger, de escuchar, de ser cercano, de dar ánimo, de ayudar, de empatía, de compasión, de respetar, de perdonar, de gratuidad, de compartir, de alegrar, de pacificar y de defender contra la injusticia... ¿Las uso o las echo a perder?

Repasa cada una de estas “capacidades”... y trata de ver en qué medida la tienes desarrollada. Incluso, si crees que falta alguna... añade otras que puedan contribuir a construir la fraternidad entre las personas. Repasa también sus “contrarias”, por ejemplo si hay personas a las que no escuchas o no haces ni caso, o si hay personas que no acoges porque las “descartas” de tu vida, las excluyes, marginas, las tienes etiquetadas...

No se te olvide repasar los momentos en que has disfrutado del “Premio de la Alegría” de darte a los demás. Y responde... ¿Cuáles han sido las experiencias que más alegría o satisfacción te han causado?

Y a todo esto, no se me vaya a olvidar, rézalo y preséntalo al Señor que se da por nosotros.... Y recuerda las palabras del Papa Francisco: «A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis: “En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros”» (Evangelii Gaudium 99). Porque «una auténtica fe -que nunca es cómoda e individualista- siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra» (Evangelii Gaudium 183).

Para todo ello tienes una fantástica oportunidad el próximo JUEVES SANTO, que celebramos el DÍA DEL AMOR FRATERNO.

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