martes, 31 de diciembre de 2013

La fraternidad, fundamento y camino para la paz

El pasado 11 de diciembre, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, tuvo lugar la presentación del Mensaje del Santo Padre para la XLVII Jornada Mundial de la Paz, que se celebra todos los años el 1 de enero y cuyo tema es “La fraternidad, fundamento y camino para la paz”.

«La fraternidad -escribe el Papa- es una cualidad humana esencial, porque somos seres relacionales. Pero eso no hace que sea automática. En nuestro tiempo, como el Papa emérito Benedicto XVI ha señalado, la globalización nos acerca pero no nos hermana. La fraternidad ha sido ignorada o pisoteada en maneras infinitas a través de la historia e incluso hoy en día, como el mensaje de Año Nuevo deja muy claro».

«En ámbito bíblico el primer crimen fue un fratricidio. Cada toma de una vida inocente -llámese aborto, asesinato, o eutanasia; llámese delincuencia o hambre o guerra- es, de hecho, un fratricidio ¿Cómo podemos dejar de reconocer que somos hermanos y hermanas, ya que todos tenemos un mismo Padre? ¿Cómo podemos dejar de reconocer que Jesucristo, el Hijo de Dios, es nuestro hermano? Por su Cruz y Resurrección, reparó una humanidad rota y continuamente ofrece a todos la promesa de la salvación».

En este mensaje el Santo Padre se pregunta por qué existe tal déficit de fraternidad en el mundo actual: «¿El egoísmo nos ciega a nuestra fraternidad fundamental? ¿El miedo y la competitividad han envenenado nuestra incomparable dignidad como hijos e hijas de Dios y, por lo tanto, hermanos y hermanas entre sí?».


El Papa Francisco cita a sus recientes predecesores para ampliar el significado y la relevancia de la fraternidad como fundamento y camino hacia la paz. Así, Pablo VI hizo hincapié en el desarrollo integral; el beato Juan Pablo II llamó a la paz un bien común indivisible: o es de todos, o no lo es para ninguno; y Benedicto XVI identificó la fraternidad como un requisito previo para la lucha contra la pobreza.

Tres días después de su elección, el Papa Francisco explicaba porqué había elegido ese nombre: «Para mí -dijo entonces- Francisco de Asís, es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y protege la creación y en su primer mensaje de Año Nuevo, el Santo Padre habla de los pobres, de la paz, y de la creación, bajo el título inclusivo y significativo de fraternidad».

En los capítulos V y VI el Mensaje, trata de cómo la economía puede aportar recursos concretos contra la pobreza y se afirma que las relaciones fraternales pueden expresarse en políticas sociales, en un estilo de vida más sobrio y, a nivel macro en «un replanteamiento oportuno de nuestros modelos de desarrollo económico».

En el VII y el VIII se apuntan directrices para reducir y eliminar las guerras de todo tipo, así como la corrupción y el crimen organizado. La fraternidad vence la indiferencia con la que observamos las muchas guerras a una distancia segura y la tendencia a deshumanizar y demonizar al enemigo. 

Motiva la dura labor necesaria para alcanzar la no proliferación y el desarme, tanto de armas nucleares como químicas, no convencionales y no tripuladas, así como de armas de pequeño calibre. También se recuerda que, en ámbito social, la fraternidad se resiste a la corrupción, al crimen organizado y al tráfico de drogas, a la esclavitud, a la trata de personas y la prostitución, y a aquellas formas de «guerra» económica y financiera que destruyen vidas, familias y empresas.

El capítulo IX plantea la necesidad urgente de preservar y cultivar la naturaleza como nuestro hogar terrenal y la fuente de todos los bienes materiales, ahora y para las generaciones futuras. En espíritu de fraternidad, tenemos que aprender cómo tratar el ambiente natural como un regalo de nuestro Creador, para disfrutarlo en común, con agradecimiento y justicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario