24 de enero
Talla en madera, policromada. Autor anónimo, siglo XVIII. Colegiata de San Miguel, Aguilar de Campoo. |
Nace el 21 de agosto de 1567 en una familia noble en Sales, en el Reino de Saboya. Estudia en el colegio jesuita de Clermont (Paris) y en la universidad de Padua (Italia) doctorándose en derecho Canónico y civil. Su padre quería que siguiese una carrera esplendida, pero él prefirió ser sacerdote. Una vez ordenado, el obispo le envió como joven misionero a Chablais. Allí adquirió una gran fama por los folletos que editaba defendiendo la fe católica en contra del calvinismo y ateísmo. Se cuenta que convirtió a más 70.000, que volvieron a la fe católica. Consagrado obispo de Ginebra en 1603, reside en Anney, ya que Ginebra ha caído en poder de los seguidores de Calvino.
Gracias a su labor la diócesis de Ginebra fue conocida en toda Europa por su eficiente organización, el celo de su clero y del compromiso de los laicos. Y su santo obispo fue centro de la espiritualidad europea, a partir de la publicación, en 1609, de su obra “Introducción a la vida devota”. Su gran proyecto fue escribir “El tratado del amor de Dios” y su continuación “Amor al Prójimo”, que no pudo concluir al morir el 28 de diciembre de 1622. El valor permanente y la popularidad de sus escritos llevó a la Iglesia a concederle el título de Patrono de los escritores y periodistas católicos, además es el patrón de los que tienen dificultad de audición ya que acepto en su casa a un joven que oía mal, y para él creo un lenguaje de símbolos que facilitase la comunicación.
Junto con Santa Francisca de Chantal fundó la orden religiosa de las Hijas de la Visitación de Santa María, conocidas popularmente como “las salesas”. La Iglesia le declaro santo en 1665, y le concedió en 1867 el título de Doctor de la Iglesia.
El arte le representa vestido de obispo, con un libro en sus manos como escritor y fundador, con una pluma. En la diócesis tenemos representaciones en la S.I. Catedral, en la colegiata de Aguilar de Campoo, en la parroquia de Villasarracino entre otras.
Señor y Dios nuestro, que para la salvación de los hombres quisiste que el obispo san Francisco de Sales se hiciera todo para todos, concédenos que, a ejemplo suyo, manifestemos la mansedumbre de tu amor en el servicio a los hermanos.
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