⬤ 1 Sam 3, 3b-10. 19 Habla, Señor, que tu siervo escucha
⬤ Sal 39 Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
⬤ 1 Cor 6, 13c-15a. 17-20 ¡Vuestros cuerpos son miembros de Cristo!
⬤ Jn 1, 35-42 Vieron dónde vivía y se quedaron con él
La disponibilidad ante la llamada del Señor se nos muestra en la 1 Lectura con las palabras de Samuel: «Habla, Señor, que tu siervo te escucha»; y también en el Salmo: «Aquí estoy, para hacer tu voluntad». Este contenido vocacional aparece también en el Evangelio, cuando dos discípulos de Juan el Bautista, una vez que este les mostró a Jesús como el Cordero de Dios, lo siguieron y se quedaron con Él aquel día. Si no mostramos a Cristo a los demás, ¿cómo van a seguirlo? La 2 Lectura nos presenta un ejemplo concreto: ¿cómo vamos a convencer del valor de la castidad cristiana si no anunciamos primero que nuestros cuerpos son miembros de Cristo y templos del Espíritu Santo?
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