- 1 Re 3, 5. 7-12 Pediste para ti inteligencia
- Sal 118 ¡Cuánto amo tu ley, Señor!
- Rom 8, 28-30 Nos predestinó a reproducir la imagen de su Hijo
- Mt 13, 44-52 Vende todo lo que tiene y compra el campo.
Hacer la voluntad de Dios, guardar sus mandamientos, vivir el Evangelio, vale más que miles de monedas de oro y plata (Sal). La primera lectura nos presenta como modelo a Salomón que no le pidió a Dios ni vida larga, ni riquezas, ni la vida de sus enemigos, sino inteligencia para atender a la justicia, para escuchar y gobernar, que era para lo que Dios lo llamó. En otros términos, el Evangelio nos dice lo mismo, con las parábolas del tesoro escondido en el campo y del comerciante de perlas. Por tener el reino de los cielos vale la pena renunciar a todo, no anteponiendo nada a Jesucristo.
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