Del 12 al 13 de mayo, el Papa Francisco ha peregrinado al Fátima, con motivo del Centenario de las apariciones de la Virgen María y la Canonización de Francisco y Jacinta, dos de los tres pastorcillos presentes en las apariciones.
Un viaje en el que el Papa ha cumplido su anhelo de encontrarse con Nuestra Señora de Fátima, a la que, en su primera oración ante ella, expresó: «Vengo como profeta y mensajero para lavar los pies a todos, en torno a la misma mesa que nos une» y pidió «Desde tu Inmaculado Corazón, haznos peregrinos como tu fuiste peregrina. Acrecienta la alegría de la Iglesia de Cristo. Con tu mirada de dulzura, fortalece la esperanza de los hijos de Dios. Con tus manos orantes que elevas al Señor, une a todos en una única familia humana».
El Papa nos pide que sigamos el ejemplo de los pastorcillos: «Recorreremos así todas las rutas seremos peregrinos de todos los caminos, derribaremos todos los muros y superaremos todas las fronteras, yendo a todas las periferias, para revelar allí la justicia y la paz de Dios. Seremos, con la alegría del Evangelio, la Iglesia vestida de blanco».
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