- Hch 2, 14a. 36-41 Dios lo ha constituido Señor y Mesías
- Sal 22 El Señor es mi pastor, nada me falta
- 1 Pe 2, 20b-25 Os habéis convertido al pastor de vuestras almas
- Jn 10, 1-10 Yo soy la puerta de las ovejas
Cristo es nuestro Pastor y nosotros somos su rebaño, llamados a participar en su admirable victoria sobre el pecado y la muerte. A través del bautismo nos integramos en la Iglesia, su rebaño (1 Lect), y hemos vuelto al pastor y guardián de nuestras vidas (2 Lect). Por eso, podemos siempre cantar llenos de confianza en Cristo: «El Señor es mi pastor, nada me falta». Él nos da su gracia en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía, cuya mesa abundante nos prepara cada domingo (Sal). Y, entrando por Él, la Puerta de las ovejas (Ev), nos salvaremos. Él, especialmente a través del ministerio sacerdotal y de los miembros de la vida consagrada, sigue haciendo que encontremos pastos abundantes.
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