jueves, 13 de abril de 2017

El Triduo Pascual. 13, 14 y 15 de abril

Madera tallada y policromada. Siglo XVI, seguidores de Manuel Álvarez. Sagrario de Quintanilla de la Cueza (en el Museo Diocesano).
Antes de la reforma del Concilio Vaticano II el triduo pascual eran tres días de preparación a la fiesta de la Pascua: el jueves, el viernes y el sábado santos. Era el Triduo de Pasión. Con el nuevo calendario litúrgico el Triduo no es un tiempo de preparación, sino parte de la Pascua, que es Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Así se expresa en el calendario litúrgico “Cristo redimió al género humano y dio perfecta gloria a Dios principalmente a través de su misterio pascual: muriendo destruyó la muerte y resucitando restauró la vida”. El Triduo Pascual es la culminación del año litúrgico, y marca el ritmo de las demás fiestas movibles.

Comienza con la misa vespertina de la Cena del Señor el Jueves Santo, alcanza su culmen en la Vigilia Pascual, y se cierra con las Vísperas del Domingo de Pascua. Así, la celebración pascual es más acorde con el espíritu del Nuevo Testamento y con la tradición primitiva cristiana. San Ambrosio y San Agustín concebían el Triduo Pascual como un todo que incluye el sufrimiento de Jesús y su glorificación. El obispo de Milán, en uno de sus escritos, se refiere a los tres santos días como a los tres días en los cuales Cristo sufrió, murió, estuvo en la tumba y resucitó. San Agustín se refiere a ellos como “los tres sacratísimos días de la crucifixión, sepultura y resurrección de Cristo”. Las diferentes fases del misterio pascual se extienden a lo largo de los tres días como en un tríptico: cada uno de los tres cuadros ilustra una parte de la escena. Cada cuadro es en sí completo, pero debe ser visto en relación con los otros dos.

El misterio pascual está muy presente en el arte en nuestra diócesis. Y podemos decir que es lo más representado, sobre todo la Última Cena, Oración del huerto, Pasión, Crucifixión y Resurrección. Los retablos mayores y sagrarios, especialmente los realizados desde el siglo XVI, recogen esta temática. Destacan las pinturas interiores de los sagrarios de Santoyo, Vega de Doña Olimpa, Villarramiel, La Serna, Villoldo... . El periodista D. Antonio Rubio en su libro “La belleza escondida” nos lo ha dado a conocer recientemente.

Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio

Oración
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo venciste a la muerte y nos abres las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la Pascua de Resurrección, resucitar también a una nueva vida, renovados por la gracia del Espíritu Santo. 


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