No suele ser habitual que lleguen a Iglesia en Palencia escritos y reflexiones de los Consejos Pastorales. En esta ocasión comparten con nosotros sus inquietudes los miembros del Consejo Pastoral del Arciprestazgo del Brezo.
Inquietudes... riquezas y pobrezas... que bien pueden ser las de todos. Riquezas y pobrezas que presentamos a Nuestra Señora del Brezo.
Desde el Consejo Pastoral de la Zona del Brezo, nos hemos parado a escuchar los latidos hondos que vive nuestra comarca.
En este silencio de escucha y mirada atenta descubrimos cómo la crisis nos está afectando profundamente: nuestros pueblos se están vaciando, somos pocos, mayores; el trabajo es precario, escaso. La falta de niños y jóvenes nos deja sin centros educativos, sin profesores, sin foco cultural.
Vemos en nuestras comunidades poca conciencia de pertenencia a la Iglesia, pobre vivencia cristiana de la dimensión social de la fe.
Aunque percibimos en nuestros pueblos signos de vida y esperanza: asociaciones, grupos, casas rurales, residencias, algunas empresas, recursos naturales de la zona que hablan de futuro.
Ante esta situación nosotros como creyentes debemos mirar “nuestras pobrezas” con una mirada:
- Sensata: Lo vida es dura e insoportable para muchos. Si no hacemos caso del que sufre somos indignos, incoherentes e inhumanos.
- Sensible: Emocionarse, preocuparse, son rostros y personas concretas que llegan a conmovernos y reclaman de nosotros compasión y misericordia, urgiendo el camino de la justicia.
- Liberadora: Que nos lleva a comprometernos, salir de esta situación devolviendo la dignidad, el sentido y la esperanza a toda persona.
- Inteligente: Que analiza la persona, el ambiente. Programa para saber cómo actuar, cómo acompañar y quitar las causas que lo produce.
- Activa: Que quiere hacer presente el Reino de Dios, es el gran encargo confiado a la Iglesia, tarea que nos enseña Jesús.
- Una mirada llena de Amor: Creemos en el Dios de la Vida, Jesús resucitado sigue enseñándonos caminos de vida, de esperanza, de salvación.
Esta “escucha” nos lleva a la acción, no podemos quedarnos quietos, es necesario salir, denunciar y anunciar que un mundo diferente es posible, que tenemos capacidades y posibilidades para seguir construyendo futuro en nuestra zona, seguimos creyendo en el Dios de la Vida y en su promesa liberadora.
Tenemos que apoyar y animar el renacer de una nueva conciencia cívica y ciudadana común y comprometida. Como cristianos tenemos el deber de ser signo e instrumento de esperanza y resurrección; asumiendo el ir configurando dentro de la pequeñez la nueva comunidad humana y cristiana.
Tenemos el deber de ponernos al lado de lo “pequeño”, al lado de los que más lo necesitan, al lado de los que sufren, al lado de los que no tienen esperanza.
Tenemos la bonita tarea de ser “rostro” de Jesús en esta tierra, haciendo realidad el «amaos unos a otros como Yo os he amado» haciéndonos pueblo, amando al pueblo y dando la vida por estos pueblos.
Consejo Pastoral del Brezo
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