El pasado 11 de diciembre, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, tuvo lugar la presentación del Mensaje del Santo Padre para la XLVII Jornada Mundial de la Paz, que se celebra todos los años el 1 de enero y cuyo tema es “La fraternidad, fundamento y camino para la paz”.
«La fraternidad -escribe el Papa- es una cualidad humana esencial, porque somos seres relacionales. Pero eso no hace que sea automática. En nuestro tiempo, como el Papa emérito Benedicto XVI ha señalado, la globalización nos acerca pero no nos hermana. La fraternidad ha sido ignorada o pisoteada en maneras infinitas a través de la historia e incluso hoy en día, como el mensaje de Año Nuevo deja muy claro».
«En ámbito bíblico el primer crimen fue un fratricidio. Cada toma de una vida inocente -llámese aborto, asesinato, o eutanasia; llámese delincuencia o hambre o guerra- es, de hecho, un fratricidio ¿Cómo podemos dejar de reconocer que somos hermanos y hermanas, ya que todos tenemos un mismo Padre? ¿Cómo podemos dejar de reconocer que Jesucristo, el Hijo de Dios, es nuestro hermano? Por su Cruz y Resurrección, reparó una humanidad rota y continuamente ofrece a todos la promesa de la salvación».
En este mensaje el Santo Padre se pregunta por qué existe tal déficit de fraternidad en el mundo actual: «¿El egoísmo nos ciega a nuestra fraternidad fundamental? ¿El miedo y la competitividad han envenenado nuestra incomparable dignidad como hijos e hijas de Dios y, por lo tanto, hermanos y hermanas entre sí?».