13 de Mayo de 2012 - Domingo VI de Pascua
- Hch 10, 25-26. 34-35. 44-48. El
don del Espíritu Santo se ha derramado también sobre los gentiles.
- Sal 97. El
Señor revela a las naciones su salvación.
- 1Jn 4, 7-10. Dios
es amor.
- Jn 15, 9-17. Nadie tiene amor más grande que el que da
la vida por sus amigos.
El
texto del evangelio de este domingo continúa la reflexión sobre la “vid y los
sarmientos”, acentuando que la unión indispensable con Cristo se da por el
amor: “Como el Padre me ama a mí, así os amo yo a vosotros. Permaneced en mi
amor”. “Esto os mando: que os améis los unos a los otros”. Estas palabras
expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen
cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino,
tal como afirma el Papa Benedicto XVI al comienzo de su primera Encíclica “Deus
Caritas est”
Para
los antiguos los dioses intervenían para mal en la historia de los hombres,
para el mundo moderno Dios es un ser lejano que nos ha puesto en el mundo y ya
no se ocupa más de nosotros. Para los creyentes las lecturas pascuales nos
dicen algo muy diferente: el plan de Dios está basado en una comunicación muy
cercana. “como el Padre me ama, así os amo yo”- dice Jesús- “ya no os llamo
siervos… a vosotros os llamo amigos, porque os he dado conocer todo lo que oí
de mi Padre”. Y hemos conocido esta cercanía de Dios, no por sabiduría propia,
sino porque dio la vida de su Hijo por nosotros, sus amigos; “hemos conocido el
amor de Dios y hemos creído en él”.
“Permaneced en mi amor”, “amaos los unos a
los otros”, palabras que expresan con claridad meridiana el corazón de la fe
cristiana: la imagen de Dios y la imagen del hombre y de su camino”. ¿Amo a
Dios y a los demás con amor “afectivo y efectivo”?
José González Rabanal
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