El paro laboral es, sin lugar a dudas, uno de los más problemas más graves que sufre nuestra sociedad. Su magnitud pone ante nuestros ojos, las importantes consecuencias económicas, psicológicas y morales que viven un número muy elevado de familias españolas.
Mons. Escudero, hace suyas las palabras del Papa Benedicto XVI en su encíclica Caritas in veritate: “El estar sin trabajo durante mucho tiempo, o la dependencia prolongada de la asistencia pública o privada, mina la libertad y la creatividad de la persona y sus relaciones familiares y sociales, con graves daños en el plano psicológico y espiritual. Quisiera recordar a todos, en especial a los gobernantes que se ocupan en dar un aspecto renovado al orden económico y social del mundo, que el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad” (n 25).
Es hora de actuar decididamente y de incrementar nuestros esfuerzos para intentar paliar esta situación. Ante la “emergencia social” que vivimos Mons. Escudero hace «un llamamiento a la conciencia social de todos los católicos palentinos, sacerdotes, consagrados y fieles laicos, para sensibilizar todavía más a nuestra diócesis sobre la advertencia del Señor Jesús dirigida a sus discípulos de todos los tiempos: “Os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25,40)».
Así, y con el fin de impulsar una nueva campaña de ayuda a las personas en el paro- nuestro Obispo quiere promover algunas medidas desde las estructuras diocesanas. Para ello se va a erigir una fundación canónica, con el nombre de “El buen samaritano: ayuda al parado”. Una fundación, dentro de la estructura de Cáritas Diocesana, cuya finalidad prioritaria será la de «atender, en la medida de sus posibilidades, las demandas de ayuda económica para las personas en paro laboral». De esta manera la fundación, patrocinará y apoyará económicamente los programas concretos de ayuda al parado que ya tiene en marcha Cáritas de Palencia.
La fundación “El buen samaritano: ayuda al parado” se regirá por un Patronato, presidido por el Obispo, y sus miembros natos serán el Vicario General, el Ecónomo diocesano y el Director de Cáritas diocesana. Podrán ser miembros del mismo los designados por el Obispo, de entre los legatarios de posibles herencias o grandes donativos destinados a la fundación.
Todos los miembros de esta fundación actuarán de modo altruista y los gastos de gestión se reducirán al mínimo indispensable, corriendo a cargo del presupuesto diocesano, a fin de que los donativos lleguen íntegramente a los que sufren el drama del paro.
El capital fundacional lo constituirá un donativo personal del Obispo y varios donativos particulares, por un valor total de veintiseis mil euros. La fundación se nutrirá de posteriores donativos destinados a sus fines por personas particulares.
El Patronato de la fundación recibirá las peticiones concretas de las personas que no hayan podido ser atendidas económicamente por las Cáritas parroquiales y, una vez contrastadas, las estudiará para su pronta resolución.
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