Fue el Papa Pío XII quien, en 1950, estableció que se celebrara un día anual para promover, con la oración y la limosna la Jornada de la Infancia Misionera que este año se celebrará el próximo 22 de enero.
Esta Jornada busca ayudar a las comunidades cristianas, y en especial a los niños, a profundizar en la labor que Obras Misionales Pontificias desarrolla durante todo el año. Su preparación más inmediata arranca con la campaña de Sembradores de Estrellas, en la que los pequeños viven el sentido misionero de la Navidad.
En este día, la celebración de la Eucaristía y las oraciones y ayudas económicas que los niños ofrecen para ayudar a otros niños expresan valores que van interiorizando, como que ellos también son cristianos y misioneros, y que su “granito de arena” es importante para anunciar el Evangelio y construir un mundo mejor para todos.
La Jornada de este año es la cuarta etapa de un recorrido por los cinco continentes. En años anteriores, con los niños de Asia buscamos a Jesús, con los de África nos encontramos con Jesús, con los de Oceanía seguimos a Jesús. Este año, “Con los niños de América hablamos de Jesús”.
“Con los niños de América... un continente más cercano para los niños de España, por la proximidad de tantos niños americanos que, por efecto de la emigración, se encuentran en nuestro país.
... hablamos de Jesús”. Quienes han tenido la gracia de encontrar y seguir a Jesús han vivido una experiencia irrepetible. Es la condición del discípulo, que, una vez ha visto al Señor, se lo dice a los demás. Comunica lo que ha visto y oído. Así lo hicieron los apóstoles, que tuvieron la dicha de convivir con Él. Es la razón por la que un misionero sale de su tierra para decir a otros lo que le ha pasado con Jesús. El niño de Infancia Misionera es “misionero” porque cuenta a otros su amistad con Jesús.
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