15 de enero de 2012 - II Domingo Tiempo
Ordinario
- 1Sam 3, 3b-10. 19. Habla Señor, que tu
siervo te escucha.
- Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu
voluntad.
- 1Cor 6, 13c-15a. 17-20. Vuestros cuerpos
son miembros de Cristo.
- Jn 1, 25-42. Vieron donde vivía y se
quedaron con él.
Con
la fiesta del Bautismo de Jesús hemos terminado el ciclo navideño y entramos de
lleno en el tiempo ordinario. No es un tiempo de transición hasta la Cuaresma,
es una oportunidad de acompañar a Jesús, escuchar en directo su predicación,
ser testigo de sus obras y afianzar nuestra respuesta de discípulos a su llamada.
Nos
hemos dado cuenta que el evangelio de hoy no es Marcos, sino de Juan, que
plantea a su manera la llamada de Jesús a los primeros discípulos. Para el
evangelista fue una experiencia tan intensa que, muchos años después, recordaba
la hora exacta en que se había producido el encuentro: “eran las cuatro de la
tarde”. Seguro que también en nuestra vida hubo un “momento especial”, acaso
una “hora”, donde la llamada de Jesús sonó a definitiva. Y sin duda que
también, como a Andrés y el otro discípulo -que es Juan- por boca del Bautista,
hemos descubierto a Jesús por el testimonio de otros creyentes. Necesitamos
testigos que nos hablen de Dios. El mundo necesita de nuestro testimonio.
“Los
dos discípulos siguieron a Jesús”. Como nosotros hoy, y nos sorprende con la
misma pregunta que a ellos: ¿Qué buscáis? ¿Qué buscamos en Jesucristo? Y no es
baladí la pregunta, no debemos continuar sin responderla, por muy
desconcertados que nos deje. Porque si algo encontramos en Jesucristo es
plenitud de vida. La respuesta de los dos discípulos tiene un reconocimiento
Maestro-“Rabí” y una pregunta, que no es el deseo de una información
topográfica: ¿dónde vives?, es decir ¿dónde te puedo hallar? ¿Qué hay que hacer
para estar contigo? Quien quiera ser discípulo de Jesús tiene que ir con él y
ver, hacer la experiencia de vivir con él. “Venid y veréis” les dice el Señor.
“y se fueron con él, vieron donde vivía y pasaron con él aquel día”... y
siempre. No son unas horas, un tiempo, quiere que permanezcamos con Él.
“Quien quiera que quiera ser discípulo de
Jesús, tiene que seguirle, y hacer la experiencia de vivir con Él” ¿Qué busco
en mis encuentros con el Señor?
José González Rabanal
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