viernes, 17 de julio de 2015

Santas Justa y Rufina. Su fiesta se celebra el 17 y 19 junio

Tallas en madera policromada, siglo XVI. Retablo Mayor de la parroquia de Payo de Ojeda, de la que son titulares.

Nacieron en Sevilla (la “Hispalis” romana) en el 268 y 270. Eran hermanas e hijas de una modesta familia cristiana, dedicada a la alfarería. Fueron educadas en el ejemplo de sus piadosos padres, viviendo sincera y radicalmente la fe cristiana. 

Con motivo de las fiestas de la diosa Venus, se las obligó a dar como limosna cacharros para su culto, negándose ellas y destruyendo su estatua. Las seguidoras paganas se encolerizaron y las denunciaron ante el gobernador. El prefecto romano de Sevilla, Diogeciano, tras encarcelarlas, las suplicó que abandonasen la fe cristiana, o serían víctimas de martirio. Ellas se negaron y soportaron insultos, y tormentos, tales como el potro, azotamiento con garfios de hierro, encarcelamiento en una cárcel inhumana, pasando hambre y sed. Todo lo llevaron con alegría y paciencia cristiana y al no renegar de su fe, las obligó a caminar descalzas hasta Sierra Morena. Por fin, mandó matar a Justa con la esperanza de que Rufina abandonase la fe pero fue inútil. El cuerpo de Santa Justa fue tirado a un pozo, siendo recuperado por el Obispo Sabino. Rufina, con el ejemplo de su hermana, reforzó su fe y después de haber perdonado a los verdugos fue llevada al anfiteatro y dejada delante de un león hambriento. El animal se acercó pausadamente, la lamió y no la hizo ni el más mínimo daño. El prefecto, encolerizado, mandó degollarla y quemar su cuerpo. Otra vez fue el Obispo Sabino el que recogió sus restos y los depositó junto a los de su hermana en una tumba que mandó construir en su honor.

El arte las representa con la palma del martirio, elementos de alfarería, un león, a veces con la torre de la Giralda por ser patronas de Sevilla y también con libros en la mano. La Diócesis les dedica la parroquia de Payo de Ojeda. El culto a estas dos santas llegó al norte de Palencia en el siglo X, por medio de los cristianos mozárabes que huyeron de la persecución islámica desatada en el Sur de España, en tiempos del caudillo Almanzor.

Son patronas de los alfareros y cacharreros, e invocadas como abogadas contra los ataques de animales fieros y salvajes.

Texto: José Luis Calvo 
Fotografía: Antonio Rubio

Oración
Padre todopoderoso. Por gracia tuya la fuerza se realiza en la debilidad; por eso te pedimos que a cuantos celebramos el triunfo de tus mártires Santa Justa y Santa Rufina nos concedas el don de la fortaleza con la que ellas salieron vencedoras en el martirio. P.N.S.J, Amén

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