jueves, 20 de febrero de 2014

La Iglesia

Nos dijo el Papa Francisco, en la Homilía de la misa en la Plaza de Asís, ante más de cien mil peregrinos: “La Iglesia tiene que despojarse de un gravísimo peligro que es el peligro de la mundanidad. La mundanidad que nos lleva a la vanidad, a la prepotencia, al orgullo y no crea un ídolo que no es Dios. La idolatría es el pecado más grave”.

¿Qué es la Iglesia para santa Teresa de Jesús? ¿Cómo amó la Santa a la Iglesia y qué dejó escrito sobre la Iglesia? Al final de su vida cuando ya casi no podía hablar, sus últimas palabras, momentos antes de morir, fueron: “Al fin muero hija de la Iglesia”.

En Camino de Perfección escribe: “Procurad tener limpia conciencia y humildad, menosprecio de las cosas del mundo y, creer firmemente lo que tiene la Santa Madre Iglesia y a buen seguro que vais por buen camino”. Y en el Libro de la Vida (cap. 25) dice: “Tengo por muy cierto que el demonio no engañará ni lo permitirá Dios, a alma que de ninguna cosa se fía de sí y está fortalecida en la fe y en las cosas que la Iglesia que mil muertes pasaría por la más pequeña cosa y ceremonia”.

“Pídoos yo, hermanas mías, por amor del Señor, encomendéis a su Majestad esta pobrecilla y le supliquéis la dé humildad. Cuando vuestras oraciones y deseos y disciplinas y ayunos que no se emplearen por esto que he dicho, pensad que no hacéis ni cumplís el fin para que aquí estáis juntas”.
Es clarísima en su afirmación: “No sé de qué nos espantamos haya tantos males en la Iglesia, pues lo que habían de ser dechados para que todos sacasen virtudes, tienen tan borrada la labor que el espíritu de los santos pasados dejaron en las religiones”.

La advertencia que hace no puede ser más oportuna: “Dejaos de estos miedos; nunca hagáis caso en cosas semejantes de la opinión del vulgo. Mirad que no son tiempos de creer a todos, sino a los que vieréis van conforme a la vida de Cristo”.

Y nos deja dos interrogantes: “¿Qué es esto ahora de los cristianos? ¿Siempre han de ser los que más os deben los que más os fatiguen?”.

Germán García Ferreras

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