martes, 4 de febrero de 2014

La alegría de ser portadores del Evangelio

El pasado 2 de febrero se celebró la Jornada de la Vida Consagrada bajo el lema “La alegría del Evangelio en la Vida Consagrada”. Una Jornada que nos recuerda la gran labor que llevan a cabo los religiosos y religiosas de las distintas congregaciones. Hablamos con la Secretaria de CONFER en la Diócesis, Áurea Buitrago, Hija de la Caridad para que nos cuente cuáles son los retos y dificultades a los que se enfrenta la Vida Consagrada y qué es lo que celebran durante esta Jornada.

¿Qué se celebra en la Jornada de Vida Consagrada?
Celebramos la alegría de reconocernos y ser portadores del Evangelio, con nuestras deficiencias, ya que todos somos humanos. Y damos gracias a Dios por mantener en cada congregación e instituto esa fuerza que da la caridad para mejorar el servicio en favor del crecimiento del Evangelio, para hacer el mundo un poco más humano y más visible la acción de la Iglesia.
 
¿Cuáles son los mimbres de la Vida Consagrada en la Diócesis?
En la Diócesis hay 37 Comunidades Femeninas de Vida Activa y 14 Masculinas. En lo que se refiere a la Vida Contemplativa, hay 14 Comunidades Femeninas y 1 Masculina. En los últimos siete años desaparecido cerca de 13 Comunidades. En la actualidad, los miembros que existen son 77 sacerdotes religiosos, 58 hermanos. Y de mujeres, 624 hermanas profesas y 22 novicias que atienden centros de educación y centros asistenciales y sociales.
 
¿De qué salud goza la Vida Consagrada?
A mi juicio hay tres aspectos muy importantes en la Vida Consagrada. En primer lugar, considero que hay una inquietud por la búsqueda de profundizar en una espiritualidad de comunión y mayor conocimiento mutuo entre los distintos institutos y congregaciones religiosas que estamos en la diócesis, y también con el Sr. Obispo y con el clero secular.
Un segundo aspecto importante es la inserción social, como presencia de la Iglesia en el mundo. Yo creo que la Vida Religiosa está intentando hacer una vida más práctica y real acercándose más a las periferias, como dice el Papa Francisco, porque a veces hemos vivido más encerrados en nuestras propias instituciones.
Y un tercer aspecto, menos positivo, es que la edad de la que goza la Vida Religiosa en sus miembros es avanzada y existe una ausencia grave de relevos vocacionales. Sin embargo, yo tengo la esperanza de que el Señor pone siempre los medios para que la evangelización y la cercanía ayuden a seguir manteniendo esa actitud de servicio y de búsqueda y entrega a los más necesitados.

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