«La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral de “siempre se ha hecho así”. Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades. Una postulación de los fines sin una adecuada búsqueda comunitaria para alcanzarlos está condenada a convertirse en mera fantasía. Exhorto a todos a aplicar con generosidad y valentía las orientaciones de este documento, sin prohibiciones ni miedos. Lo importante es no caminar solos, contar siempre con los hermanos y especialmente de los obispos, en un sabio y realista discernimiento pastoral» (EG, 33).
Este plan que hoy presento a toda la comunidad eclesial de Palencia responde a esta invitación del Papa Francisco: repensar con la mente, el corazón y las manos nuestra iglesia de Palencia en la clave pastoral de la Cultura del Encuentro. Esto es lo que se ha hecho en la elaboración de este Plan y lo que se debe seguir haciendo porque no es un Plan cerrado.
Es fruto de la oración, de la escucha y la colaboración de todos. Lo ha elaborado una comisión integrada por sacerdotes, religiosos y laicos, coordinados por el Vicario de Pastoral; es futo de muchas y reiteradas consultas: al Presbiterio Diocesano, al Consejo Presbiteral, al Consejo Pastoral Diocesano, a los Consejos de Arciprestazgo o de Zona donde existen, a las distintas asociaciones, al Consejo Episcopal de Gobierno, etc.; todos han podido participar aportando análisis y sugerencias diversas. Últimamente ha sido aprobado por el Consejo Presbiteral el día 9 de octubre de 2017 y por el Consejo Pastoral Diocesano el 14 del mismo mes.
Hoy ratifico este Plan, un plan que es de todos y para todos. Un plan que debe ser aceptado como eco de lo que el Espíritu dice a esta Iglesia de Dios (cfr. Ap 2. 7, 11, 17, 29; 3. 6, 13, 22) que peregrina en Palencia en medio de «las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios» (LG 8, citando a San Agustín). Es el Espíritu Santo quien guía a su Iglesia en esta hora y en esta tierra nuestra y la convoca y provoca a la tarea de la Evangelización. «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría» (EG, 1).
Este Plan se propone para cinco años. Lo más importante del mismo son las actitudes que se sugieren y recomiendan. Son importantes, sin duda, los objetivos, los medios, las propuestas, la temporalización, pero lo más importante son las actitudes. Estas que aquí se recomiendan son un eco de lo que recomendaba San Pablo a los fieles de Filipos: «Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, considerando por humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús» (Fil 2, 1-5).
Aprovecho la ocasión para expresar mi gratitud y la de toda la Iglesia Palentina a los miembros de la Comisión y a todos los que, de una manera u otra, han colaborado en esta empresa eclesial. Animo a todos, sacerdotes, diácono, miembros de vida consagrada, fieles laicos en sus diversas y ricas expresiones de vida cristiana, a acoger, secundar y llevar a la práctica lo que aquí se propone y que será concretado poco a poco en las Programaciones anuales.
Termino elevando, en nombre de toda la Iglesia, una acción de gracias al Padre y al Señor Jesucristo, su Hijo, que siempre nos asiste con su Santo Espíritu; suplico al Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo, que siga asistiéndonos con el don del Espíritu Santo y sus siete dones continuamente, porque: «Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas» (Salmo 126, 1). «Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15, 5).
Que la Virgen Santa María, invocada con tantos títulos en nuestra tierra, San José, San Antolín, San Francisco Fernández de Capillas, San Rafael Arnáiz, San Manuel González y todos los beatos de nuestra Iglesia, nos ayuden con su intercesión y ejemplo.
Palencia, 15 de octubre de 2017, en la fiesta de Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia.
Un PLAN de camino en clave de ENCUENTRO
El Plan Pastoral Diocesano está lleno de nombres, de ilusiones, de aportaciones dialogadas en diferentes mesas pastorales, de preguntas y apuestas de futuro, de urgencias humanas y pastorales. Recoge también el sentir la preocupación y la responsabilidad por escribir juntos un trozo de historia de la Iglesia del Señor en esta tierra, en el momento apasionante que vivimos en la Palencia de hoy, en nuestra sociedad, en tiempos de cambios y transformaciones y con horizontes nuevos.Este Plan se concibe como una propuesta abierta a la vez que coherente. No pretende ser un documento cerrado y acabado, sino que se comprende como la propuesta de un camino dinámico y abierto, en continuo crecimiento, que cuenta con todos y todas... que se completa, se matiza, se amplía... con nuevos descubrimientos, sugerencias, reflexiones, propuestas, aportaciones... Y como libro de ruta, cómo mapa y guía para los caminantes, marca un horizonte y unas metas, traza un itinerario y un modo comunitario de caminar, lo que reclama coherencia y fidelidad al trazado que juntos hemos diseñado.
Con unas CLAVES y OPCIONES
- La ALEGRÍA de ser creyentes y sentirnos Iglesia.
- Vivir y ofertar la BUENA NOTICIA.
- “OPCIÓN MISIONERA”: presencia, salida, espiritualidad.
- Sentirnos DIÓCESIS, hacer juntos el camino.
- Protagonismo LAICAL.
Unas ACTITUDES, un ESTILO de trabajo
- Ilusión y confianza.
- Mirada atenta y escucha de la realidad.
- Caminando, acogiendo y acompañando.
- Cultivando la misericordia y acompañando a las personas.
- Participando, dialogando y trabajando en equipo.