Con ornamentos morados, propios del ruego de perdón por los pecados, el Papa Francisco celebró la Eucaristía con los refugiados en la isla Lampedusa. El Papa repitió la pregunta de Dios a Caín “¿Dónde está tu hermano?” ... “¿Quién ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas de la barca? La globalización de la indiferencia, nos ha quitado la capacidad de llorar”. Y añadió: “Inmigrantes muertos en el mar en esas barcas que en vez de ser un camino de esperanza, han estado un camino de muerte. Son titulares que se repiten... por eso he sentido que tenía que venir hoy aquí a rezar, a cumplir un gesto de cercanía y también para despertar las conciencias para que esto que ha sucedido no se repita. ¡Que no se repita por favor!”
El Papa agradeció el trabajo de los habitantes de Lampedusa, a las asociaciones, voluntarios y fuerzas de seguridad: “Ustedes son una pequeña realidad pero ofrecen un ejemplo de solidaridad. ¡Gracias!” También tuvo oportunidad de saludar a los inmigrantes musulmanes, y les dijo que la Iglesia también les acompaña en la búsqueda una vida más digna.
El Papa dijo también: “Pidamos al Señor que borre lo que queda de Herodes también en nuestro corazón. Pidamos al Señor la gracia de llorar sobre nuestra indiferencia, sobre la crueldad que hay en el mundo, en nosotros, también en aquellos que en el anonimato toman decisiones socio-económicas que abren el camino a dramas como este. Vivimos en pompas de jabón, que son bellas, pero no son nada, son la ilusión de lo fútil, de lo provisorio, que lleva a la indiferencia hacia los demás. El otro no es más el hermano para amar sino el que molesta mi vida, mi bienestar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario