jueves, 2 de febrero de 2012

Manos Unidas

A todos nos preocupa gozar de buena salud, sobre todo cuando la perdemos, cuando corremos el riesgo de perderla o somos conscientes de cómo se va deteriorando. Los que se sienten más llenos de vida y de fuerza física frecuentemente viven ajenos al valor real de lo que tienen y no miden los riesgos o la posibilidad de perderlas.

En nuestra sociedad, acostumbrados a ponernos en manos de los médicos y a acudir al centro de salud o al hospital donde tenemos de todo, olvidamos con frecuencia que cada uno somos responsables de nuestra propia salud... Nos fiamos tanto de los medios de los que disponemos, que “abandonamos” el cuidado de nuestra salud a la decisión del médico, mucho más que a la responsabilidad que cada uno tiene de evitar las causas por las que enferma.


¿Es la salud un derecho del que todos disfrutamos? Desgraciadamente, no. Dentro de tres años termina el plazo para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), entre los cuales hay tres que se centran en la salud: reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna y combatir el VIH/Sida, la malaria y otras enfermedades. Desde que fueron asumidos estos compromisos, se han sucedido las iniciativas y ciertamente se han hecho algunos avances, pero no son suficientes. Falta la voluntad real de los gobiernos de considerar los ODM como una prioridad política y de actuar en consecuencia, es decir, facilitando las inversiones económicas necesarias.

Además de las enfermedades expresamente mencionadas en el ODM 6, hay “otras enfermedades” contagiosas de las que la comunidad internacional no se acuerda. Ni los gobiernos, ni las industrias farmacéuticas se ocupan de ellas. Luchar por quienes las padecen no suele ser económicamente rentable y el éxito no siempre está garantizado, porque depende de factores estrechamente relacionados con la desnutrición, la miseria, el hacinamiento, la insalubridad...

Podría decirse que nos hemos acostumbrado a convivir con la fatalidad de que hay enfermedades de ricos y enfermedades de pobres y que esta mentalidad, que puede llegar a ser estructural, es fuente de graves injusticias. Nada más lejos de lo que debe ser el comportamiento verdaderamente humano. La insensibilidad ante el sufrimiento de los demás, alimentada en el hedonismo, en la cultura de la abundancia y del consumismo debe ser superada a través de la formación de la conciencia, la responsabilidad social y la información.

El derecho a la salud no es una cuestión exclusivamente médica; hay que considerar todo aquello que deteriora, amenaza o mejora la calidad de vida de la persona, es decir, que todos vivamos en condiciones saludables, dispongamos de los alimentos y el agua necesarios, contemos con un sistema sanitario básico que nos proporcione atención estable, tengamos garantizado el acceso a las vacunas, etc. Cualquier éxito a corto plazo en la lucha contra una enfermedad puede fracasar si no está garantizado por una mejora de las condiciones de vida. Las políticas de gasto sanitario son insuficientes, e incluso pueden producir resultados contrarios a los deseados, si no están orientadas al cuidado y a la defensa integral de la vida. Sería un noble y profético esfuerzo alentarnos unos a otros a que, como ciudadanos, exijamos a nuestros gobernantes que instituyan un “Ministerio de la vida”.

Manos Unidas apoya y acompaña numerosos proyectos de desarrollo sanitario basados en una visión integral de la promoción de la salud, conscientes de que sólo así podemos defender realmente a la persona, cuya dignidad sagrada no disminuye por el hecho de enfermar.

Asamblea

Manos Unidas celebró el pasado 24 de enero su Asamblea General. En este encuentro se hizo el lanzamiento de la LIII Campaña contra el Hambre en el Mundo.

Manos Unidas cuenta en la diócesis con más de 650 socios. El número de voluntarios es difícil calcular, ya que en la sede de la delegación colaboran 53 voluntarios y hay grupos en 13 parroquias. En cuanto a los voluntarios en los distintos municipios... hay grupos en más de 60 localidades palentinas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario