viernes, 13 de febrero de 2015

Malagón

¡Todos a Malagón! Es el grito que me gustaría sonase, en todos los hogares palentinos, durante este Año Jubilar Teresiano. Porque los Jubileos cristianos, exigen la peregrinación del cuerpo y del espíritu. Y porque peregrinar y, mucho más, si por medio está Santa Teresa, la mujer andariega y la monja peregrina, al estilo maravilloso de San Juan de la Cruz: “buscando mis amores / iré por esos montes y riberas, ni cogeré las flores ni temeré las fieras”.

¿Por qué Malagón? Es una Villa de Ciudad Real, sita donde termina la carretera de Toledo, pasando los Montes y llegando a la llanura de La Mancha. De Malagón escribe Santa Teresa en su Vida (Cap. 34) y en el libro de Las Fundaciones (Cap. 9). Y a Malagón queremos ir en peregrinación desde Palencia el 10 y 11 de abril.

En Toledo vivía Dª. Luisa de la Cerda, dueña de un castillo en Malagón y con propiedades en la Villa. Viuda de D. Antonio estaba muy triste por la muerte de su esposo y... porque había muerto sin ponerse en paz con los habitantes de Malagón... ¿“sus esclavos”? Seis meses estuvo viviendo Santa Teresa en el palacio de Dª. Luisa, para consolarla pues peligraba su salud y su vida, y los Superiores de nuestra Santa, así se lo habían mandado “bajo precepto de obediencia”.

¡Cuánto aprendió la Santa viviendo con Dª. Luisa y tratando a sus amigas que la visitaban! Llega a escribir: “es ansí que de todo aborrecí el desear ser señora”. Y añade: “un cuidado de tener compostura conforme a su estado. Han de comer muchas veces manjares más conformes a su estado que no a su gusto”. Y también -por obediencia- tuvo que consolar a la duquesa de Alba de Tormes.

Malagón fue la tercera fundación de las 17 que hizo. Y ella misma dirigió las obras del convento, el único que construyó desde los cimientos. Es patrona de los arquitectos. El título de la Villa es Malagón de Santa Teresa. Porque así lo han querido sus habitantes. Puedo afirmar, sin temor a equivocarme que es el lugar-pueblo-villa donde más devoción se tiene a Santa Teresa, de toda España. Lo presencié muchas veces y sobre todo cuando les visitamos con el brazo de La Santa. 

Germán García Ferreras

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