jueves, 21 de noviembre de 2013

San Saturnino, 29 de noviembre

Talla barroca en madera policromada, de autor anónimo. Siglo XVIII. Parroquia de San Saturnino, Robladillo de Ucieza
Se cree que nació en Roma a mediados del S. III, y que, tras ser ordenado obispo, fue enviando a Tolosa. Tan pronto llegó a la ciudad los demonios que en ella había quedaron mudos, y dejaron de corresponder a las peticiones de los paganos. Un sacerdote pagano divulgó la noticia de que mientras no matasen al obispo cristiano, los dioses serían insensibles a sus demandas y estarían irritados. Saturnino se negó a ofrecer sacrificios a estos dioses, y un día al pasar junto al templo de Júpiter Capitolino, la gente se abalanzó sobre él y, con el beneplácito de los magistrados, le ataron con una cuerda al rabo de un toro, aguijonearon al animal y éste salió corriendo, escalinatas abajo, arrastrando tras al santo, cuya cabeza quedó destrozada. Dos mujeres cristinas recogieron su cuerpo y, secretamente, lo enterraron en el fondo de un barranco. Posteriormente un obispo sucesor suyo lo desenterró y trasladó sus restos a un lugar donde se construyó un pequeño templo. La actual basílica -románica del siglo XII- es una de las más importantes en la vía tolosana del camino francés hacia Santiago. El culto al santo se difundió por cristianos peregrinos franceses a lo largo de todo el real camino hacia la tumba del Apóstol.

No hay que confundirlo con otros dos mártires del mismo nombre. Uno africano, que sufrió martirio junto con las Santas Perpetua y Felicidad, y otro romano, que fue decapitado el año 286 en tiempos del Emperador Maximiano.

La devoción a San Saturnino está relacionada con la fiesta de los toros. El arte le representa vestido de obispo con su mitra, la palma del martirio y a veces atado a un toro. La Diócesis tiene le dedicadas las parroquias de Cornón, Robladillo de Ucieza y Valsadornín. En un retablo lateral de la parroquia de Robladillo está representado el martirio del santo en pintura al óleo sobre tabla, del siglo XVI.

Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio

Oración
Oh Dios, que por la predicación
del santo obispo Saturnino, vuestro
mártir, nos habéis llamado desde las
tinieblas de la incredulidad a la
admirable luz del evangelio, haced
que por su intercesión crezcamos
en la gracia y en el conocimiento y
seguimiento de Cristo vuestro Hijo.

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