domingo, 2 de junio de 2013

La primacía de la Persona sobre el dinero

  •  No podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo siguen viviendo precariamente el día a día, con consecuencias funestas.
  • Una de las causas de esta situación se encuentra en la relación que hemos establecido con el dinero, aceptando su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades.
  • La adoración del antiguo becerro de oro ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y un objetivo verdaderamente humano.
  • Hoy se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. En este contexto, la solidaridad, que es el tesoro de los pobres, se considera a menudo contraproducente, contraria a la razón financiera y económica.
  • Tras esta actitud se esconde el rechazo de la ética, el rechazo de Dios. Igual que la solidaridad, también la ética molesta.
  • Sería conveniente realizar una reforma financiera que fuera ética y, a su vez, que comportara una reforma económica beneficiosa para todos. Esto requeriría un cambio de actitud enérgico por parte de los dirigentes políticos. Les exhorto a que afronten este reto, con determinación y visión de futuro... ¡El dinero debe servir y no gobernar!

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