1 de septiembre de 2016. Hemos llegado a lo particular: ya dijimos que el Papa Francisco instituyó en el año 2105, la fecha del 1 de septiembre como la “Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación”, a celebrar junto con nuestros hermanos de la Iglesia Ortodoxa.
También tenemos como telón de fondo general la encíclica Laudato si, que como un faro nos va a iluminar nuestro camino (queramos o no) en los próximos años. Ambos acontecimientos son especialmente jugosos porque son raros, son novedad en la Iglesia y merece la pena reflexionar sobre ello.
«La tierra grita...», «...porque hemos pecado», «examen de conciencia y arrepentimiento», «cambiar de ruta», «una nueva obra de misericordia» y «en conclusión, oremos». Estos son los cinco puntos del mensaje de este año del Papa para esta reflexión y nos dan una idea de lo que Francisco quiere transmitirnos.
¿Qué nos dijo el Papa el pasado 1 de septiembre?
¿Alguien se ha molestado un poco en leerlo, en explicarlo, en comentarlo? ¿Algún laico, algún presbítero? Mejor no respondamos a la pregunta no sea que se nos caiga la cara de vergüenza y nos tengamos que quitar el cartel de “católico modelo” que nos suele gustar llevar puesto.
En seis pinceladas:
- Que hay un problema importante en la sociedad.
- Que tenemos la responsabilidad/culpa.
- Que tenemos que pensar en ello (analizarlo) y arrepentirnos de nuestros comportamientos erróneos.
- Que tenemos que cambiar los comportamientos erróneos que hemos detectado.
- Francisco nos sugiere un complemento a las obras de misericordia: el cuidado de la casa común (tanto en la faceta espiritual como en la corporal).
- Finalmente, que oremos, oremos y oremos como apoyo para poder hacer algo, sin la oración no haremos nada o caeremos en el desaliento; el empuje del Espíritu es vital para que los cristianos hagamos de levadura en nuestro entorno y en la sociedad.
Son media docena de páginas referidas a dos temas que son uno: «tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres» (Laudato si, 49), pero expuesto por Francisco de una forma más detallada, aunque clara y que merece la pena leer.
Son ideas quizá ya repetidas de alguna manera por nuestro Papa porque no calan en la Iglesia y tendremos que oírlas y oírlas, repetirlas y repetirlas como malos estudiantes hasta que las hayamos aprehendido, hasta que calen en nuestro corazón y en nuestra mente como parte sustancial de la vida de un cristiano. Y mientras no aprendamos a vivir de otra manera no habremos entendido cómo debe vivir un cristiano en el siglo XXI.
Son ideas quizá ya repetidas de alguna manera por nuestro Papa porque no calan en la Iglesia y tendremos que oírlas y oírlas, repetirlas y repetirlas como malos estudiantes hasta que las hayamos aprehendido, hasta que calen en nuestro corazón y en nuestra mente como parte sustancial de la vida de un cristiano. Y mientras no aprendamos a vivir de otra manera no habremos entendido cómo debe vivir un cristiano en el siglo XXI.
Pastoral Social
Área de ecología y sostenibilidad
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