El pasado mes de Julio, los vecinos de Meneses, nacidos o amigos, tuvimos una fiesta especial, sencilla, pero de esas que quedarán marcadas para siglos en el calendario local. No ocurre con frecuencia que a un hijo de tu pueblo le elija el Papa para ser Obispo. De hecho hay que remontarse ochocientos años atrás para encontrarse con D. Tello Téllez de Meneses. En este caso se trata del Obispo Auxiliar de Valladolid, D. Luis Javier Argüello García. No es sólo que ha nacido allí, sino que “ejerce” como vecino, pasando las vacaciones en la casa familiar y acercándose cuando sus obligaciones se lo permiten.
Celebraba la Misa por primera vez en el pueblos, después de su consagración, y se notaba la cercanía del que conoce directamente y se encuentra a gusto entre la gente.
Nos encantó la homilía, de esas que nacen directamente del corazón, cercana, sencilla, sobrenatural, agradeciendo la fe de nuestros padres para ayudarnos a examinar la nuestra y ver sus frutos. Hubo un momento en que se preguntaba, en nombre de todos, qué aporta el sacerdote (y el obispo) al mundo y, con toda naturalidad, se quitó el solideo y explicó el significado del nombre “solideo”, solo Dios: ese es el cometido fundamental del sacerdote: señalar el camino que conduce a Dios. El indicador tendrá defectos, dijo, y puede estar con tachones, pero lo importante es que siga marcando el destino.
Un momento emotivo fue -en el ofertorio- la entrega de unos recuerdos de sus paisanos: un pectoral y una copia fiel de nuestra patrona la Virgen del Tovar, con el deseo de sentirnos cerca todos sus amigos, aunque los trabajos nos tengan habitualmente separados.
Después tuvimos un rato de convivencia en las antiguas escuelas. Todos queríamos un momento a su lado (y una foto, si podía ser) y él, sin prisas, charlaba y escuchaba a unos y otros, atendiendo a todos. En fin, fue un día que no olvidaremos.
Muchas gracias a los que lo prepararon, tanto la liturgia en una iglesia verdaderamente espléndida, como el refresco, abundante y sabroso. Y Enhorabuena a D. Luis Javier Argüello García y a su padre, Luis, y a sus hermanos, de parte de todos los menesinos, sanamente orgullosos de “nuestro” obispo.
Mateo Aparicio
No hay comentarios:
Publicar un comentario