domingo, 30 de junio de 2013

Voluntarios

«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?» ... «En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis».

Entre nosotros hay muchos y muchas que a diario, sin pedir nada a cambio... hacen esto con nuestros hermanos más pequeños. Sin pedir nada a cambio. Dando gratis lo que han recibido gratis. Poniendo a disposición de los demás... los carismas mejores. Y... -como el abuelo de la viñeta que acompaña este texto- recibiendo en pago... toneladas de sonrisas. Un sueldo que “no se paga con dinero”. Por más que muchos no lo entiendan.

Se dice en el dibujo: “Los voluntarios son las piezas del corazón de un mundo cada vez más descorazonador”. Y esto es verdad. Y lo comprobamos a diario.


Sin la labor de los voluntarios de Cáritas, de Manos Unidas, de los Bancos de Alimentos, de los Comedores Sociales, de la Pastoral de la Salud, de la Pastoral Penitenciaria, de la Pastoral Juvenil, de la Catequesis, de la Atención a los Mayores, los que enseñan y cuidad los templos...

Sin la labor de los que colaboran -de múltiples maneras- en las ONGs... de la Iglesia y no de la Iglesia... en las distintas plataformas que ponen al necesitado en el “ojo” de su actividad...

Sin la labor desinteresada de todos ellos y ellas... nuestro mundo sería... aún más inhóspito. Por evitarlo... GRACIAS. GRACIAS. GRACIAS.

Domingo Pérez

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