Sensible, honesta, tímida, luchadora, comprometida. Así es como veo yo a la mujer que se acerca hasta la Oficina de Comunicación de la Diócesis para hacer balance de sus seis años al frente de una de las organizaciones que cuenta con mayor credibilidad en la sociedad, Manos Unidas. El próximo 20 de junio se celebra la asamblea de la organización y en esta ocasión, se elegirá a la persona que asuma la responsabilidad de la delegación.
Vicen del Fraile ha trabajado con ahínco durante estos años por acercar Manos Unidas a todo tipo de perfiles de la sociedad, por trabajar en equipo, por prestar un servicio serio y comprometido, por optimizar al máximo los recursos.
¿Cómo valoras estos años?
Han sido 6 años muy positivos. Para mí asumir esta responsabilidad, que nunca busqué, me ha ayudado a tener un mayor conocimiento de Manos Unidas. Porque a pesar de llevar más de 25 años como voluntaria, había aspectos de la organización que desconocía. Ser delegada de Manos Unidas me ha dado la oportunidad de vivir experiencias que me han enriquecido como persona. Cuando asumí este servicio planteé lo importante que era trabajar en equipo y que los distintos departamentos tuvieran una mayor responsabilidad. Esto se ha logrado gracias al trabajo y esfuerzo de todos los voluntarios. Los departamentos funcionan con total autonomía. La delegación funciona gracias al trabajo de todos y eso es un éxito.
¿Algo que te haya marcado en estos años?
Son muchas las experiencias vividas. Recuerdo con especial cariño la celebración de los 50 años, cómo se implicó la sociedad palentina, colegios, parroquias, jóvenes... fue una experiencia en la que Manos Unidas se abrió a la sociedad y se trabajó en red.
También el viaje a Benín me marcó significativamente. Desde ese momento mi manera de ver Manos Unidas cambió radicalmente. Me encontré cara a cara con la pobreza y eso me hizo reaccionar en mi trabajo como voluntaria. Cada día te sorprende la generosidad de las personas. Recuerdo la propuesta generosa de una persona que quiso pagar la carrera de medicina a una joven en África, niños de primera comunión que han entregado parte de sus propinas a proyectos de Manos Unidas, herencias... gestos solidarios que te dan esperanza y confirman la bondad del ser humano.
¿A qué has renunciado?
Cada vez que asumes un compromiso, te obliga a renunciar a algunos aspectos de tu vida. En este sentido, mi marido y yo, teníamos como opción de pareja, un compromiso de trabajar con Pastoral de la Familia acompañando a matrimonios jóvenes y ahí hemos tenido que disminuir nuestra implicación personal. Son renuncias que haces por cumplir honestamente con el compromiso que asumes.
Has hecho una apuesta importante por el medio rural y por integrar a gente joven
Efectivamente, los pueblos son una parte más de la delegación. Actualmente, hay grupos de Manos Unidas en 70 pueblos. Teníamos como reto que cada año se incorporara una unidad pastoral y se ha logrado por el esfuerzo de todos. Desde hace tres años mantenemos encuentros con los responsables de los pueblos, queremos hacer balance con ellos, que nos digan cómos e encuentran, las dificultades vividas y que se sientan apoyados por la delegación. Ellos son el motor de Manos Unidas. Palencia es una de las delegaciones que cuenta con más grupos de Manos Unidas en el medio rural. Es un lujo acercarse a los pueblos y ver el entusiasmo con el que trabajan. Quiero destacar también el papel de los sacerdotes. Cuando ves su trabajo, palpas el Evangelio. Estas personas dedican su vida a ayudar a otras personas. Estos ejemplos de vida me han ayudado a enriquecer mi fe.
En lo que respecta a la gente joven es una apuesta que hemos realizado desde el principio. Son el futuro de Manos Unidas. En la delegación los acogemos y les damos participación. Un ejemplo de ello ha sido el concurso de clipmetrajes. Manos Unidas no tiene edad para formar parte de ella. Sólo se necesita inquietud y deseos de trabajar por la justicia y la solidaridad.
¿Qué diferencia a Manos Unidas de otras organizaciones?
Creo que un estilo que caracteriza a Manos Unidas es que la mayor parte somos voluntarios. Optimizamos al máximo los recursos y creo que esta forma de vivir el voluntariado ayuda a que la gente confíe en Manos Unidas.
Creo en un voluntariado comprometido, sin personalismos, trabajando juntos por construir el proyecto de Manos Unidas.
Natalia Aguado León
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