sábado, 21 de octubre de 2017

Una grande y muy determinada determinación

Pónganse en situación y dejen volar la imaginación. Trasládense a los caminos del Siglo XVI. A los medios de transporte del Siglo XVI. A los alojamientos para el viajero del Siglo XVI. A las condiciones de vida del Siglo XVI. A los ropajes del Siglo XVI. Métanse -si son capaces- en el cuerpo de una mujer del Siglo XVI. Y pónganse en actitud de caminar... aunque hoy lo haríamos en coche.

Ahora es muy fácil, solo hay que decirle al móvil... “llévame de tal sitio a tal sitio por la vía más rápida”... Hoy, Santa Teresa de Jesús -la “andariega”- lo hubiera tenido más sencillo. De “fundación a fundación”... el GPS le habría llevado a través de 4882 kilómetros. Por la vía más rápida... y anunciándole dónde hay gasolineras, dónde hay buenos sitios para comer y lugares para descansar. Y paradas donde se puede hacer una  buena foto.

Lo que les digo... 4882 kilómetros... si la Santa solo se hubiera dedicado a fundar. Desde aquel convento en Ávila en 1562, hasta el de Burgos en 1582, pasando por nuestra querida Palencia en 1580. Pero no solo se dedicó a fundar... así que, posiblemente esta “kilometrada” será mucho mayor.
Empresa ingente y admirable. Y les recuerdo que estamos en el Siglo XVI.

Les voy a ser sincero... yo me habría echado para atrás. Y si les soy sincero... no me vienen a la cabeza hombres y mujeres del Siglo XXI capaces un empeño de semejante magnitud. O quizás sí.

Santa Teresa tenía una cosa que muchas veces nos falta... y así se lo recordaba a sus hijas: «Digo que importa mucho, y el todo, una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar al final, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabajase lo que se trabajare, murmure quien murmurare...».

Determinarse por el Señor. Estar dispuesto a recorrer el camino querido por Él. Hacerlo decididamente. Seguir a Jesús. Determinarse por Él. No es sencillo pero no es imposible. Un seguimiento exigente, pues no nos jugamos una parte de la vida, sino toda la vida. Se entrega la vida por el proyecto del Reino de Dios.

Domingo Pérez

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