lunes, 22 de julio de 2013

Santa María Magdalena

María Magdalena penitente. Escultura de bulto redondo, escuela granadina. S. XVIII. Iglesia de la Magdalena (Población de Campos).
María Magdalena, ocupa el primer lugar entre las mujeres que acompañan a Jesús y al pie de su cruz; observa el entierro del Señor; llega antes que Pedro y Juan al sepulcro en la mañana de Pascua; es la primera a quien se aparece Jesús resucitado y aunque no lo reconoce y lo confunde con el hortelano, es enviada a ser testigo de la Resurrección a los apóstoles. Se nos habla también en los Evangelios de María de Betania -hermana de Marta y de Lázaro- y de otra María, pecadora pública que unge los pies de Jesús en casa de Simón.

Su fiesta ya existía antes del siglo X en Oriente, y en el XII en Occidente. A partir de la Contrarreforma, en el culto a María Magdalena abundaban las referencias a su pecado perdonado por Jesús y a su condición de hermana de Lázaro. Después del Concilio Vaticano II -suprimida toda referencia a su condición de pecadora- se pone de relieve su relación con Cristo Resucitado y primera testigo de la Resurrección y de su anuncio. Santa María Magdalena fue modelo de penitentes y recibió mucho culto a lo largo del Real Camino francés a Santiago.


El arte la representa vestida de penitente, con un crucifijo en sus manos y con una calavera; arrodillada ante Jesús muerto, con su ungüentario: o ante el Resucitado en el famoso “Noli me tangere”.

La diócesis cuenta con obras maestras dedicadas a esta santa, como los magníficos relieves y esculturas del retablo mayor de Población de Campos, la escultura del monasterio de San Zoilo (Carrión de los Condes) y el lienzo de la ermita de la Piedad de Herrera de Pisuerga, entre otras. Asimismo, se la dedicó la parroquia de Población de Campos, la iglesia del Monasterio de San Zoilo - parroquia de la Magdalena- la de Aviñante de la Peña y la de Porquera de Santullán.

Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio

Oración
Dios nuestro, tu Hijo encomendó a María Magdalena la misión de anunciar la alegría pascual; concédenos, por su ejemplo e intercesión, predicar a Cristo resucitado y verlo reinar en tu gloria, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario