martes, 8 de marzo de 2016

Marisol Domínguez: “El Palacio ha sido mi segunda casa”

En los últimos meses han llegado a la edad de jubilación varias de las personas que han trabajado codo con codo en el quehacer de nuestra iglesia que camina en Palencia: Agapito, Jesús y la última Marisol, la mujer encargada de todo el quehacer doméstico en el Palacio Episcopal. En los últimos meses esta tarea la compartía con Mª Ángeles. Marisol ha trabajado durante los últimos tres lustros  con tres prelados de la Diócesis. Ha conocido sus gustos, sus manías, sus comidas preferidas... ha ejercido de cocinera, planchadora, costurera, limpiadora y hasta de asesora de imagen... conoce lo que es la filetata, el roquete, el solideo... hablamos con ella para que nos cuente qué ha supuesto para ella su paso por el Palacio Episcopal.

¿Cuántos años ha trabajado en el Palacio y qué ha supuesto para usted el Palacio Episcopal?
He trabajado 14 años y para mí el Palacio ha sido mi segunda casa. He puesto mis cinco sentidos en todo momento y en cada circunstancia, sin mirar tiempo ni horario.

Ha trabajado con tres obispos... ¿qué destacaría de ellos?
No podría destacar algo en particular de cada uno de ellos, porque en los tres obispos -D. Rafael, D. José Ignacio y D. Esteban- he visto una dedicación total hasta el punto de no tener tiempo ni para ellos mismos. Han desarrollado y participado en muchísimas actividades, ceremonias, viajes y siempre lo han hecho con mucha amabilidad. Jamás vi un mal gesto, todo ha sido cariño y dedicación... y esto lo he percibido en los tres obispos con los que he trabajado. También he colaborado con D. Gerardo Melgar al que también considero una persona excepcional. No les olvidaré nunca.

¿Qué se lleva de estos años trabajados en el Obispado?
Me llevo el cariño y la amabilidad que en todo momento me han demostrado tanto los Obispos como el Palacio entero.

Si tuviera que elegir una receta para cada uno de los Obispos que han pasado por Palencia, ¿cual elegiría?
A D. Rafael le gustaban mucho las sopas de ajo con un tomate hervido, así las hacía su madre y le encantaban. El plato preferido de D. José Ignacio no sabría destacar uno en  particular, en general todo le gustaba, me decía “lo que me pongas, me como”. Y a D. Esteban le gustaban mucho los chipirones en tinta con patatas en salsa, decía que en Valencia todo era arroz y arroz.

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Marisol deja paso ahora a María Ángeles pero al igual que ella no olvidará nunca su paso por el Palacio, nosotros tampoco olvidaremos el ejemplo que esta mujer nos ha dado a cada uno de nosotros, una mujer hecha a si misma que asegura que “Dios siempre ha puesto en mi camino a personas que me han ayudado y me han animado a seguir siempre adelante”.
Natalia Aguado León

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