Estamos celebrando este año el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, esa mujer castellana, cuya vida nos ofrece tantas lecciones útiles para poder llevarlas a la práctica, ya que a pesar de haber vivido en una época tan lejana en el tiempo, nos aporta enseñanzas de plena actualidad. Ella, cuyo objetivo principal de su vida fue el de amar al Señor con toda el alma, supo muy bien conjugar su vida de oración y austeridad, con esa vida de actividad extremada que ella siempre tuvo. Humilde, sencilla, valiente y decidida, supo hacer realidad esa obra tan importante como fue la reforma del Carmelo, a pesar de los inconvenientes y contradicciones que ello la ocasionó, pero confiando siempre en la Divina Providencia y en la protección maternal de la Stma. Virgen, con ese deseo ardiente que siempre la animaba, de procurar la mayor gloria de Dios y la salvación de la humanidad, salvando los muchos obstáculos que se la presentaron, pudo realizar tan importante tarea.
Teresa de Jesús a la que podemos considerar maestra en tantas cosas, puede enseñarnos mucho; su humildad... cuando considerando los muchos dones con que la enriqueció el Señor, decía: «si no fuera yo tan ruin...». Qué gran mujer y que gran Santa. Ojala aprendamos de ella también ese amor a la oración, decía ella: «en la oración es donde el Señor da luz para entender la verdad» ¡La oración! cuántos beneficios aportaría al mundo de hoy, tan necesitado de Verdad y tan falto de oración.
Ojala que la celebración de este V Centenario no quede sólo en admiración de la gran santa de Castilla, que ciertamente tenemos mucho que admirar en ella, sino que además nos ayude a conocer un poco más de su vida, en la que el gozo y la alegría, junto con su bondad, eran tan naturales en ella.
Mª Concepción Gutiérrez Franco
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