Santas Felicidad y Perpetua. Siglo XVI, autor anónimo. Predela retablo mayor de la iglesia parroquial de Santa María (Cubillas de Cerrato). |
A estas santas mártires cristianas, naturales de Cartago, en el norte de África, las celebra la Iglesia el mismo día. En el año 202, durante la persecución del emperador Septimio Severo, fue arrestada Perpetua que tenía 22 años. De origen noble, influyente y rica, al negarse a adorar a los dioses paganos, junto con su esclava Felicidad y otros tres catecúmenos, fueron sometidos a toda clase de torturas para que renegasen de la fe cristiana, pero de nada sirvió. Felicidad, tres días antes de su martirio, dio a luz a un niña, que fue criada y educada por la comunidad cristiana de Cartago. La víspera del martirio, todos fueron bautizados y participaron de la Santa Misa y pidieron a Dios fortaleza. Los esclavos fueron arrojados a los leones, junto con el diácono Satur, que había convertido al cristianismo a uno de los carceleros, y las dos mujeres fueron decapitadas.
EL antiguo breviario, que rezaban los eclesiásticos, cuenta así la escena: «estaba ya cerca el día en que debían ser arrojadas a las fieras. Felicidad estaba triste porque temía que se aplazase su martirio por estar embarazada de ocho meses y las leyes romanas prohibían que fuesen ejecutadas las mujeres que estaban en cinta. El alumbramiento se anticipó y dio a luz una preciosa niña. Al dar ella fuertes alaridos en el parto, le dijo uno de los carceleros: “Si ahora te quejas así, ¿qué harás cuando te arrojemos a las fieras?” A lo que ella respondió: “soy yo quien sufre ahora, después será otro el que sufra por mí, porque yo sufriré por Él”».
La historia de su martirio fue muy popular y su nombre entró pronto a formar parte del “cánon romano” de la misa. Durante la edad media se las tuvo mucha devoción por tener a Santa Felicidad abogada de las embarazadas, y a Santa Perpetua de los ganaderos y carniceros ya que su carne se conservó incorrupta y las fieras las respetaron.
El arte las representa juntas, o muy próximas, con la palma del martirio como símbolo. En el retablo mayor de la parroquia de Cubillas de Cerrato están representadas todas las santas mártires citadas en el Cánon romano.
Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio
Oración
Señor y Dios Nuestro, las santas mártires Perpetua y Felicidad, movidas por tu amor, vencieron los tormentos y la muerte, concédenos, por su intercesión, crecer siempre en ese mismo amor divino. Por J.N.S. Amén
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