La recta final de la Cuaresma es un tiempo propicio para de acercarnos al Sacramento de la Reconciliación. En nuestra diócesis contamos, en la Calle Mayor, con la Iglesia de San Agustín como iglesia de la Reconciliación.
Todos los días varios sacerdotes están dispuestos a escuchar, acompañar y sanar las heridas en nombre de Dios.
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