- Mc 11, 1-10 Bendito el que viene en nombre del Señor
- Is 50, 4-7 No me tapé el rostro ante los ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado
- Sal 21 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
- Flp 2, 6-11 Se rebajó a sí mismo, por eso Dios lo levantó sobre todo
- Mc 14, 1. 15, 47 Llevaron a Jesús al Gólgota y lo crucificaron
La vida del “Siervo”
El Domingo de Ramos es el pórtico de la Semana Santa. La liturgia de la bendición y de la procesión anticipa el triunfo de Cristo, el Rey pacífico y humilde que entra en la ciudad de Jerusalén aclamado mesiánicamente. El “Siervo” está siempre dispuesto a escuchar la palabra de Dios y a proclamarla en favor de los oprimidos a pesar de padecer él mismo la persecución (1 Lect). Jesús, el Siervo, proclama su mensaje, es perseguido y muere en la cruz para liberar al hombre del pecado (Ev). En la segunda lectura se proclama el himno en el que Pablo habla de la humillación y de la glorificación de Jesús sobre todo nombre (2 Lect).
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