Quiero dejar constancia mi agradecimiento personal a mi antecesor en el cargo, D. Ángel Sancho Campo, (q.p.d) como Delegado Diocesano de Patrimonio que fue en Palencia durante 38 años. Aún estamos doloridos por su marcha de entre nosotros. Tenía 86 años. Su cuerpo se desmoronó, pero su mente estuvo lúcida hasta la víspera de su muerte. D. Ángel dedicó su vida a la Iglesia palentina, española, y a la Santa Sede.
Nació en Valdeolmillos (Palencia) el 30/01/1990. Cursó sus estudios en el Seminario Mayor San José de Palencia. Fue ordenado sacerdote en 1953 y realizó estudios de licenciatura y doctorado en la Universidad Lateranense de Roma entre los años 1962-1966. Ejerció de profesor de moral en el Seminario diocesano y canónigo penitenciario de la S.I. Catedral de Palencia entre 1966-2000. Posteriormente desempeñó los cargos en la curia de Canciller secretario, Pro-vicario, Vicario de enseñanza. D. Anastasio Granados, obispo de Palencia, le nombró primer Delegado Diocesano de Patrimonio Cultural. En el año 1971 funda y organiza el Museo Diocesano y también dirige el Patrimonio Histórico Artístico de la Seo palentina.
El servicio al patrimonio se extendió también a ámbitos civiles, siendo nombrado Consejero Provincial de Bellas Artes de Palencia en 1974 por el Ministerio de Educación y Ciencia. En 1980 la Conferencia Episcopal Española le encargó ser el Primer Director del Secretariado Nacional de la Comisión Episcopal para el Patrimonio Cultural, cargo que desempeñó hasta 1999. Desde 1980 hasta 1999 fue miembro de la Comisión Mixta Iglesia Estado para asuntos culturales. La Santa Sede le designó Consultor de la Pontifica Comisión para Bienes Culturales de 1995 a 2005, y finalmente prelado de Honor de San Juan Pablo II.
A lo largo de su prolongada vida le concedieron diversos premios y reconocimientos por su labor en favor del Patrimonio eclesiástico y civil; entre ellos el Premio Castilla y León de las Artes, académico numerario de la Institución Tello Téllez de Meneses, Medalla al mérito en Bellas Artes, y premio Nacional Adelpha, no sólo por su buen hacer en el campo de la divulgación y catalogación del arte religioso palentino sino también por sus abundantes publicaciones, charlas y revistas por él fundadas, como “Ars sacra”. Don Ángel nos ha dejado, o mejor dicho, ha partido hacia la Casa de Padre, pero su obra queda, permanece entre nosotros, porque el haber estado dedicado en su Iglesia al campo de la cultura y del Arte, ha supuesto un enriquecimiento para todos aquellos que le hemos conocido y querido.
Descansa en paz, en la Paz de Dios. Siempre te recordaremos.
José Luis Calvo Calleja
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