miércoles, 1 de junio de 2016

La Eucaristía nos configura con Jesús compasivo y misericordioso

Del mensaje de los Obispos para el Corpus Christi

Al celebrar la fiesta del Corpus Christi en el marco del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, la contemplación y adoración del Señor en el sacramento de la Eucaristía nos ayuda a crecer y avanzar en el camino de la compasión. Este camino, recorrido por Jesús hasta el extremo, se hace presencia y memoria permanente para nosotros en este sacramento.

LA EUCARISTÍA, SACRAMENTO DE LA COMPASIÓN DE DIOS

La Eucaristía, centro y fuente de toda la vida de la Iglesia, es el gran sacramento de la compasión de Dios:
  • El Dios que vio el sufrimiento de su pueblo, escuchó su clamor y compadecido lo liberó de la esclavitud, sigue escuchando el clamor de su pueblo y ofreciendo su vida por él en el sacramento de la Eucaristía.
  • El Dios que un día marcó las puertas de las casas de sus hijos con la sangre del cordero pascual, liberándolos así del exterminador, nos marca hoy en cada Eucaristía con la sangre derramada de su Hijo.
  • El Dios que dijo a Moisés “yo soy el que soy” (Ex 3,14), está junto a nosotros en la aflicción, se hace compañero de camino y nos muestra su compasión en la Eucaristía por medio de su Hijo Jesucristo.
  • El Dios que alimentó a su pueblo en el desierto con el maná cuando se encontraba exhausto por el hambre y angustiado ante el riesgo de morir, nos ofrece en la Eucaristía un nuevo pan para que quien lo coma no muera y tenga vida eterna.
  • El Dios que mantuvo su fidelidad a pesar de las infidelidades de su pueblo (Ex 34,6-7), es el Dios siempre fiel que en la Eucaristía nos ofrece una alianza nueva sellada con su sangre.
  • El Dios que en Jesús se conmovió ante una multitud hambrienta, despertó la conciencia de los suyos y multiplicó el pan, en la Eucaristía nos abre los ojos ante los hambrientos de la tierra y nos llama a poner nuestro pan a disposición de los hermanos.
  • El Dios que en Jesús nos dijo que hay que salir a los caminos para invitar al banquete a los pobres, los lisiados, los ciegos y los cojos, nos invita en cada Eucaristía a sentar a los pobres a la mesa.
  • El Dios que en Jesús nos amó hasta el extremo y lavó los pies de los discípulos, cada vez que actualizamos su memoria en la Eucaristía renueva con nosotros este gesto de compasión en la vida entregada y hecha servicio.

DISCÍPULOS DE JESÚS COMPASIVO Y MISERICORDIOSO

En la fiesta del Corpus Christi celebramos el amor de Dios que, en el sacramento de la Eucaristía, nos ha revelado la plenitud de su amor compasivo. Con Él nos alimentamos sentándonos a la mesa con los hermanos para hacernos uno comiendo del mismo pan. Con Él nos identificamos haciendo nuestro su proyecto salvador: El proyecto de una cultura de la compasión y de la vida entregada en el servicio.

En la raíz de toda la vida y actividad de Jesús está su amor compasivo. Se acerca a los que sufren, alivia su dolor, toca a los leprosos, libera a los poseídos por el mal, los rescata de la marginación y los devuelve a la convivencia. Entre los que siguen a Jesús están los desposeídos que no tienen lo necesario para vivir: vagabundos sin techo, mendigos que andan de pueblo en pueblo, jornaleros sin trabajo o con contratos precarios, arrendatarios explotados, viudas sin rentas mínimas ni seguros sociales, mujeres obligadas a ejercer la prostitución. Son los excluidos, los vulnerables, los descartados de ayer... y los de hoy. 

Por eso nosotros, ante Jesús-Eucaristía, queremos renovar nuestra unión con Él y nuestro seguimiento y lo hacemos manteniendo vivo su proyecto compasivo, como nos pide el papa Francisco: «En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos».

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