miércoles, 13 de noviembre de 2013

San Diego de Alcalá

Talla en madera policromada, siglo XVIII, autor anónimo. Iglesia parroquial de Barrio de Santa María (Becerril del Carpio)
Nació en San Nicolás del Puerto (Sevilla) en 1400, en una familia cristiana muy humilde que lo educó en el amor a Jesucristo pobre y humilde. A los treinta años conoce la vida de pobreza de los franciscanos de la observancia, e ingresa en el convento de Arrizafa (Córdoba). Como era analfabeto,  desempeñó oficios como portero y hortelano. A los 41 años es destinado a Fuerteventura donde ejerce  de guardián del convento. Se dedicó a la evangelización de los nativos, defendiéndolos de la rapacidad de los conquistadores españoles. Tras un viaje a Roma, en 1450 para ganar el jubileo y asistir a la canonización de San Bernardino de Siena, vuelve a España y vive en diversas casas que los Franciscanos de la Observancia. Su último destino es el convento de Santa María de Jesús de Alcalá de Henares. Por su avanzada edad pasó a encargarse de la portería del convento. Fue aquí donde mejor se manifestaron sus virtudes de paciencia, amabilidad y sobre todo de caridad. En una ocasión fue acusado por otro fraile de la excesiva generosidad. Fue vigilado por el administrador de la casa, que le sorprendido con un bulto en la falda del hábito, y al interesarse por el contenido, pensando que eran panes, cuando Diego abrió el delantal sólo se vieron rosas.

Murió en Alcalá el 12 de noviembre de 1463 a los 63 años. El Papa Sixto V le canonizó el año 1588.
El arte le representa vestido de franciscano con un crucifijo en sus manos y con un manojo de flores en el delantal, en recuerdo del milagro del pan convertido en flores. En todos los conventos franciscanos estaba presente su imagen. Nuestra diócesis cuenta con muchas tallas de San Diego de Alcalá, la mayor parte de ellas actualmente depositadas en parroquias, pero en origen fueron de conventos desamortizados. Es patrón de los religiosos franciscanos no sacerdotes.

Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio

Oración
¡Oh Dios, que en la vida de San Diego de Alcalá nos dejaste un modelo de entrega a ti sirviéndote en los hermanos más pobres, concédenos amarte de la misma manera y saber unir la humildad y caridad con una vida de oración y penitencia.

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