lunes, 16 de septiembre de 2013

La Reestructuración de las Unidades Pastorales

A lo largo de los últimos años la sociedad palentina ha sufrido cambios muy importantes. Es innegable que gran parte de la provincia sufre una gran despoblación y un notorio envejecimiento de la población. Nuestra diócesis, tiene una gran concentración de población en cinco o seis núcleos importantes y aproximadamente un tercio de sus habitantes en pueblos muy pequeños. Esta situación en la que nos encontramos... -y de la que no se vislumbran cambios importante, en los próximos años- tiene consecuencias en la pastoral diocesana.

A la vez, asistimos a una drástica disminución del número de sacerdotes y de religiosos y religiosas. De ser una diócesis abundante en vocaciones, que enviaba misioneros y misioneras a todo el mundo... hemos pasado a ver cómo los clérigos y religiosos van entrando en años y disminuye el número de los que pueden ocupar los puestos que quedan vacantes por la edad, la enfermedad o el fallecimiento. Asimismo, no se ven a corto plazo indicios de un repunte de las vocaciones sacerdotales y religiosas.


A esta realidad sociológica se añade la abundancia y dispersión de las parroquias, de nuestra diócesis que dificulta la atención pastoral. Por ello es necesario plantearse medidas, que lógicamente no entrarán en vigor a la vez, sino que irán siendo aplicadas conforme la necesidad lo vaya imponiendo. Lo que está en juego es el futuro de la atención religiosa en nuestra Iglesia particular diocesana.


Una necesaria reestructuración

La reestructuración de las unidades pastorales ha sido objeto de estudio desde hace años en el Consejo Presbiteral, máximo órgano consultivo del obispo. No se trata, pues, de improvisaciones, sino de una madura reflexión realizada por los propios sacerdotes de la diócesis. Desde esta reflexión, el Consejo Presbiteral -en su sesión del 25 de febrero de 2013- estableció un mapa de la diócesis donde se definen unas unidades pastorales más amplias que las actuales y donde se concentrarán -según se vaya necesitando en los próximos años- la atención pastoral a las parroquias, especialmente en los domingos y fiestas del año litúrgico.

Esta progresiva reestructuración tendrá características distintas según se trate de:

  • Grandes núcleos y en especial la capital: Es muy probable que no pueda mantenerse en el futuro la presencia de dos o tres sacerdotes en activo en una misma parroquia. La abundancia de parroquias -y lugares de culto regidos por órdenes religiosas- sobre todo en el centro de la capital, hace, por ejemplo, que el número de celebraciones de la Eucaristía dominical sea muy superior a lo necesario para la adecuada atención a los católicos de la ciudad. Por ello, es preciso un replanteamiento de la acción pastoral en Palencia capital, en beneficio sobre todo de los barrios más extremos y nucleos del alfoz, que experimentan un crecimiento de residentes, especialmente de matrimonios más jóvenes y de una mayor población infantil y juvenil.

  • Los pueblos más pequeños: En un futuro no muy lejano, la reestructuración obligará a suprimir la eucaristía dominical en algunas parroquias, o a celebrarla solamente en determinados días del mes. Cuando un sacerdote tenga que acumular, a las parroquias que ya atiende... las de otro compañero enfermo o jubilado... será literalmente imposible celebrar la misa dominical en todas las comunidades cristianas a su cargo. Lo deseable es la atención religiosa sosegada... no la sucesión mecánica de misas a toda prisa para poder estar presente con el tiempo justo en el pueblo siguiente de su ampliada unidad pastoral.

Tampoco es una solución la presencia heroica de los sacerdotes jubilados que se desplazan los domingos a ayudar a los párrocos. En primer lugar, porque los feligreses necesitan tener un contacto regular con su párroco y no sólo con el sacerdote que ocasionalmente va el domingo. Y... en segundo lugar, porque en pura lógica... estos sacerdotes jubilados también cada vez son más mayores.

Es muy meritorio el interés que los feligreses de los pueblos más pequeños tienen por conservar sus templos y su deseo de celebrar la Santa Misa todos los domingos en sus parroquias. Ello indica un gran amor al lugar donde han vivido su fe. Pero debemos recordar que lo importante es la participación en la Eucaristía dominical, reunión del pueblo de Dios, y no tanto en el hecho de que sea justamente en la parroquia de mi pueblo y con mis vecinos.

Con el tiempo, podrían establecerse unos puntos de encuentro dominical en cada una de las unidades pastorales, donde se pueda celebrar la misa con la dignidad que requiere la liturgia; o bien ir rotando la celebración de la Eucaristía en las parroquias de la unidad pastoral, según un calendario establecido y conocido por todos los feligreses.

La tarea de los párrocos
Esta reorganización no persigue la disminución de la atención de los sacerdotes a las comunidades cristianas, ni una vida más cómoda para ellos, sino una mejora cualitativa de su ministerio pastoral, según las orientaciones de la Iglesia.

Un párroco que celebra tres o cuatro misas el domingo por la mañana, o incluso añade alguna otra celebración, por coincidir con un funeral... no puede mantener en cada Eucaristía la intensidad religiosa que pide la santidad de lo que se está realizando... no puede sentarse a confesar previamente o dialogar con los feligreses al finalizar la misa. Estos elementos también son importantes y deben acompañar la celebración de la eucaristía festiva de los domingos.

El párroco deberá, no obstante, dedicar el resto de la semana a estar con los feligreses de esos pueblos, hablar con ellos, celebrar la Misa en la parroquia, acompañar a los enfermos y ancianos y hacer alguna reunión formativa. En cualquier caso debe garantizar, como ya se hace en muchas unidades pastorales, al menos una visita semanal a todos los pueblos.

Criterios

Las decisiones que se vayan tomando en adelante deberán armonizar la situación de cada presbítero y la debida atención pastoral al pueblo de Dios: parroquias, comunidades religiosas de vida activa y contemplativa, cofradías, residencias de la 3ª edad, movimientos...

Se deberá mantener la pastoral de acompañamiento en la fe de las personas mayores o de las poblaciones pequeñas y potenciar la pastoral misionera de los grupos más jóvenes o de las poblaciones con mayor densidad demográfica. Para ello, se buscará siempre la ayuda de religiosos y laicos, a fin de formar un equipo de pastoral, al que el obispo le confíe la atención espiritual de ese sector, bajo la dirección de su párroco... distinguiendo las funciones propias del ministerio ordenado de las demás tareas que se confíen a los religiosos y laicos: visita a los enfermos, acción caritativa y catequética, animación de grupos de formación en la fe y de animación litúrgica, administración económica, otras funciones en las parroquias...

Aplicación

Los pasos que se den según el Plan de Reestructuración no se harán simultáneamente... sino que deben considerarse como un proyecto para varios años. Se irá aplicando poco a poco, según el número de sacerdotes en activo y a medida que las circunstancias pastorales lo vayan requiriendo. Así, los párrocos y arciprestes, en contacto regular con el Sr. Vicario General, irán proponiendo al Consejo de Gobierno las medidas inevitables, de acuerdo con las necesidades de cada unidad pastoral.

Asimismo, nuestro Obispo va a visitar a los sacerdotes y consejos de pastoral de los distintos arciprestazgos para explicar con más detalle las razones de esta reestructuración.

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