20 de enero de 2013 - II Domingo del Tiempo Ordinario
- Is 62, 1-5. Se regocija el marido con su esposa.
- Sal 95. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
- 1Cor 12, 4-11 El mismo y único Espíritu reparte a cada uno en particular como quiere.
- Jn 2, 1-11. En Caná de Galilea Jesús realizó el primero de los signos
Este domingo no es del todo del “tiempo ordinario”. Es un eco de la Navidad, en línea con la Epifanía y el Bautismo de Jesús. “el segundo domingo del tiempo ordinario se refiere aún a la manifestación del Señor celebrada en la Epifanía, con las lecturas de San Juan. Este año, las bodas de Caná” (OLM.105). A lo largo de los domingos siguientes, guiados en este ciclo C por San Lucas, iremos escuchando y acogiendo las enseñanzas del Maestro enviado por Dios; a quien hoy vemos haciendo su primer signo, para que creciera la fe de sus discípulos en él.
Y no olvidamos que el objetivo de esta señal de Jesús eran los discípulos, que se habían vinculado recientemente al grupo. Por eso el evangelista Juan nos dice: «Así mostró su gloria y sus discípulos creyeron en él». Y esta será una constante a lo largo de la vida pública de Jesús, sus signos y prodigios no son fines en sí mismos, tienen una finalidad: abrir los corazones a la gracia y suscitar la fe. Una fe que como en el caso de María tiene un comienzo, una progresión y una meta: «ellos no comprendieron»; hoy María dice: «haced lo que él os diga»; y en la cruz Jesús la dirá: «mujer ahí tienes a tu Hijo». Que María nos acompañe a lo largo del Año de la Fe, y la consolide en nosotros.
“A lo largo de la vida de Jesús -Año litúrgico- los signos y milagros no
son fines en sí mismos, tiene una finalidad: abrir los corazones a la
gracia y suscitar la fe”. ¿Preparo la celebración dominical, repaso en
oración la Palabra que oiré en la Iglesia?
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