José Aumente: “El circo es perfección y belleza, es arte y oración”

¿Cómo llega un vecino de Cevico de la Torre a ser el responsable nacional de la pastoral de circos y ferias?

Yo pertenezco al instituto secular Siervos de la Iglesia cuyo fundador es D. Dino Torreggiani impulsor pionero en Italia de la pastoral de ferias y circos. La primera vez que yo celebré la Eucaristía en un circo fue en 1968 con D. Dino en el Circo Roma en Valladolid. Así que me vinculación con la pastoral de circos y ferias data de hace muchos años, pero como responsable nacional de la pastoral de la conferencia episcopal llevo ocho años.
 

Acaba de llegar del festival internacional de Circo de Montecarlo...
 

Sí, es el mejor espectáculo de actuaciones circenses del mundo. Nos reunimos los directores nacionales de la pastoral de circos y ferias de distintos países. También hay representante de los protestantes. Tenemos tres días de encuentro y formación. El último día asistimos a la Gala final. El día del descanso de los artistas, que es el lunes, hacemos una celebración ecuménica en la que participamos creyentes de Italia, Francia, España, Holanda, Austria, Suiza y Almería. Se intercala oración con números circenses. Su trabajo lo convierten en oración. Para mi, el circo es perfección y belleza, es arte y oración. La labor de ecumenismo en los circos es muy importante.
 

¿Es muy distinto celebrar los sacramentos en una Carpa que en un Templo?
 

Es totalmente distinto. En una parroquia, sé que voy a encontrar todo en su sitio, el altar, el ambón, el Sagrario, las imágenes... pero en una carpa te encuentras con un público al que no conoces, elijo con esmero las lecturas, en muchas ocasiones he escogido la lectura de Felipe y el eunuco, que habla de ir en camino, los discípulos de Emaús... son personas que están en un continuo viaje, en itinerancia y Dios los acompaña en este desplazamiento.  Cuando celebras los sacramentos con los circenses tienes que ser consciente de son personas que no tienen un punto de referencia con la Fe; es en la itinerancia donde nace la Fe y viven la Fe. Las personas del circo tienen un desarraigo total, no tienen una ciudad de referencia, ni una parroquia, ni un colegio... y como Iglesia tenemos que estar ahí, acompañarles y ayudarles a vivir su Fe.
 

Natalia Aguado León