Millones de personas hoy pasan hambre... y 2.000 millones más se calcula que la pasarán en 2050. Es preciso hacer profundos cambios. Pues, tal como aseguraba el Papa Francisco en la I Jornada Mundial de los Pobres, la pobreza «nos desafía todos los días con sus muchas caras marcadas por el dolor, la marginación, la opresión, la violencia, la tortura y el encarcelamiento, la guerra, la privación de la libertad y de la dignidad, por la ignorancia y el analfabetismo, por la emergencia sanitaria y la falta de trabajo, el tráfico de personas y la esclavitud, el exilio y la miseria, y por la migración forzada».
Las cifras del hambre en el mundo son alarmante, y así lo refleja el informe “El estado de lo seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, editado por FAO en 2017 con datos de 2016.
- 815 millones de personas padecen hambre en el mundo, 11 % más que el año anterior. Casi 520 millones de personas en Asia, más de 243 millones en África y más de 42 millones en América Latina y el Caribe, sufren hambre.
- 489 millones de personas que sufren hambre viven en países en conflicto y 122 millones son niños menores de 5 años.
- El 22,7 % de la población del África subsahariana sufre el hambre.
- La desnutrición infantil crónica afecta a 155 millones de niños menores de 5 años. Casi 1 de cada 4 niños menores de 5 años sufre retraso en el crecimiento.
- En el mundo, más de un tercio (33 %) de las mujeres en edad fértil sufren anemia (613 millones de mujeres entre 15 y 49 años).
- Más de 15,3 millones de personas han sido desplazadas por crisis alimentarias desencadenadas por conflictos. El 56 % de la población en conflicto vive en zonas rurales y depende de la agricultura.
- En los últimos 60 años, el 40 % de las guerras civiles han tenido relación con los recursos naturales. Desde el año 2000, cerca del 48 % de los conflictos civiles se han desarrollado en África y, en 27 de cada 30 conflictos, ha sido esencial la cuestión de la tierra.
Compartir lo que importa implica tomar conciencia y aceptar la propia responsabilidad. No podemos conformarnos con decir: «otro lo hará»
Durante los últimos tres años, MANOS UNIDAS ha profundizado en el drama del hambre en el mundo y en la urgencia de nuestra implicación para combatirlo. Terminamos el año pasado con una muy mala noticia. Según datos de la FAO, el número de personas hambrientas había aumentado en 2016 hasta los 815 millones; casi 40 millones más que las estimaciones revisadas para 2015. Las razones argumentadas fueron los impactos del cambio climático y de los conflictos violentos sobre la vida de los más empobrecidos. Como quiera que sea, la vulneración del derecho humano a la alimentación es un escándalo insoportable contra el que tenemos que luchar.
El hambre no es una fatalidad, sino la consecuencia de unas estructuras, unas relaciones y unos comportamientos que generan desigualdad y exclusión. Todos los bienes que Dios ha puesto en la tierra están para garantizar la vida digna a quienes habitamos hoy el planeta y a las futuras generaciones. Sin embargo, la avaricia de unos, la complicidad de otros y la indiferencia de muchos están poniendo en peligro al propio planeta y han traído consigo un mundo injusto, donde unos cuantos privilegiados disfrutamos de mucho más de lo que necesitamos y multitudes no tienen alimento que llevarse a la boca.
Como en los dos años anteriores, MANOS UNIDAS sigue plantándole cara al hambre, sembrando buenas semillas que hagan crecer una vida más justa y fraterna; semillas que son recursos, capacidades, responsabilidades y solidaridad. Sigue también plantándole cara al hambre mediante el compromiso con el bien común, con la distribución justa de la riqueza, con el reconocimiento de la inestimable contribución de los pequeños agricultores y pescadores en la ardua tarea de alimentar al mundo y con la promoción de un consumo responsable y sostenible. En definitiva, sigue comprometida en promover una cultura del cuidado en vez de una cultura del descarte.
Este año quiere dar un paso más y COMPARTIR propuestas alternativas y experiencias concretas de cambio que nos hagan creer en la posibilidad real de un mundo sin hambre. Compartir bienes y compartir experiencias son dos caras de una misma moneda, la de la construcción de un mundo donde nadie se quede atrás y donde la familia humana pueda superar la vulnerabilidad y vivir en condiciones dignas.
«Comparte lo que importa». Compartir lo que importa implica tomar conciencia y aceptar la propia responsabilidad, pero también denunciar, educar y sensibilizar en la necesidad de asumir cambios en los estilos de vida si queremos que el mundo cambie.
Como dijo el Papa Francisco en su discurso a la FAO en el último Día Mundial de la Alimentación: «Estamos llamados a proponer un cambio en los estilos de vida, en el uso de los recursos, en los criterios de producción, hasta en el consumo, que en lo que respecta a los alimentos, presenta un aumento de las pérdidas y el desperdicio. No podemos conformarnos con decir “otro lo hará”».
Compartir lo que importa es poner en común nuestra vida, nuestros bienes y nuestro compromiso por un mundo mejor, donde cada persona pueda vivir feliz y en condiciones dignas.
Compartir lo que importa es poner en común nuestra vida, nuestros bienes y nuestro compromiso por un mundo mejor, donde cada persona pueda vivir feliz y en condiciones dignas.
PROYECTOS ACOGIDOS POR PALENCIA EN LA CAMPAÑA 59 - AÑO 2018
Ambohijatovo (Madagascar): Mejora de las instalaciones educativas en una escuela rural ⧫ 26.443 € ⧫ Asumido por el Servicio Educativo.
Bouaké (Costa de Marfil): Mejora de las condiciones en un internado de chicas ⧫ 60.055 € ⧫ Asumido por la Exposición de Artesanía y el Arciprestazgo de Palencia.
Allokokro (Costa de Marfil): Rehabilitación de una escuela ⧫ 54.475 € ⧫ Asumido por el Arciprestazgo del Brezo y el Arciprestazgo de Pisuerga Norte.
Ambohitompoina (Madagascar): Mejora de unas instalaciones educativas en zona rural ⧫ 36.801 € ⧫ Asumido por el Arciprestazgo de Campos y el Arciprestazgo del Cerrato.
Tomina (Bolivia): Afianzamiento del liderazgo juvenil para el desarrollo comunitario ⧫ 35.898 € ⧫ Asumido por el Arciprestazgo de Camino de Santiago y el Arciprestazgo del Valle.
TOTAL: 213.672€
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