Llegamos a tierras cántabras con ganas de conocer y
descubrir al que va a ser nuestro obispo. Nos recibe en su Parroquia de Nuestra
Señora del Carmen y lo primero que hace es invitarnos a un café en la Casa del
Mar, la cofradía de los pescadores. Llama la atención cómo conoce a los vecinos
y los llama por su nombre. Un
colaborador del Obispado nos comenta que D. Manuel se toma muy en serio el
mandato del Papa Francisco de “salir a las periferias” y que “cuando llegó de
párroco a este barrio muy humilde fue puerta por puerta presentándose a los
vecinos”. Allí todos le conocen como el P. Manuel y ya muchos saben que es el
nuevo Obispo de Palencia.
D. Manuel es el menor de tres hermanos, asegura que “si
algún día tuviera que perderme lo haría en Serdio” su pueblo natal, del que
tiene sus mejores recuerdos de infancia, con sus padres y hermanos y se
confiesa fiel admirador de Pablo VI.
De Palencia guarda muchísimos recuerdos, desde los partidos
de balonmano, fútbol y baloncesto, las excursiones al Polvorín, al Cristo del
Otero, las competiciones en el Campo de la Juventud, la Balastera, los trenes
que le apasionan, su profesor de autoescuela Poncio con el que sacó el carnet
de conducir y el estreno mundial de la obra de teatro “Terror en Cuba” con el
P. José Furones. Recuerda también el Bar Esgueva al que iba con su padre. Sigue
manteniendo mucha relación con compañeros agustinos de pueblos palentinos: de
Villalbeto, Villalba de Guardo, Villaprovedo, Espinosa de Villagonzalo, Cevico
Navero... Recuerda el frío que pasó un año cuando predicó en Mazariegos una
Semana Santa.
En Iglesia en Palencia queremos conocer más a fondo a
nuestro Obispo y saber cómo se siente, cómo descubrió su vocación y qué es lo
que más le ilusiona de su nueva diócesis.
¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento y cómo se
siente?
Lo recibí con sorpresa, se dio la circunstancia que tenía el
teléfono apagado porque estaba en el funeral de un sacerdote y al encenderlo,
vi una llamada de Nunciatura. Me dijeron que fuera cuanto antes a Madrid. Esa
noche dormí muy mal pero al día siguiente en cuanto me monté en el tren, al
poco de llegar a Reinosa ya pude conciliar el sueño. Una vez que conocí mi
nombramiento sentí un profundo temor y temblor, pero al mismo tiempo una
inmensa gratitud, aun siendo plenamente consciente de mi miseria y de la
Misericordia de Dios.
¿Cómo descubrió su vocación como religioso agustino?
Yo desde pequeño quería ser sacerdote. Tenía mucho contacto
con los párrocos de mi pueblo, sobre todo con uno que estuvo en Serdio más de
40 años, Isidro Mardones. También influyó mucho en mí la figura de la vida
litúrgica de la familia, las gentes de mi pueblo... y fue de la mano del P.
Santos Fernández cuando ingresé en el Seminario Monte Corbán, después fui a
Palencia y allí estuve hasta los 16 años.
¿Después estuvo en Madrid?
En Madrid estudié y luego estuve en una parroquia de
Moratalaz, al mismo tiempo que daba clase en el Seminario. Y en 1984 regresé a
Santander. Estuve de párroco, profesor, delegado de Cáritas, de Vida
Consagrada, estuve también de Consejero Provincial de los Agustinos. Y en 1999
me nombraron Vicario General.
¿Echará de menos su parroquia?
Yo siempre he estado en parroquia. Lo que pasa que ahora voy
a tener una parroquia más grande... porque tengo claro que la relación con las
parroquias no la voy a perder.
¿Qué se lleva del tiempo que ha estado como Vicario General
y como Administrador Diocesano en Santander?
Sobre todo la riqueza y variedad de los Obispos con los que
he trabajado. Fui delegado con Don Antonio, luego Vicario con D. José
Villaplana, más tarde con D. Carlos Osoro, D. Vicente Jiménez y ahora con D.
Manuel. Y eso te da un amplio conocimiento de la diócesis.
Como delegado de Cáritas en la diócesis santanderina, ¿qué
destacaría de ese tiempo?
Trabajamos mucho por la Coordinadora contra el Paro y por
integrar muchos voluntarios en Cáritas. Y nos esforzamos por extender Cáritas
en los núcleos más importantes de la diócesis.
¿Qué es lo que más le ilusiona de su nueva diócesis?
Seguir trabajando en la Iglesia con otros y por el Evangelio
y por Jesucristo. Vamos a intentar lo que Dios nos inspire, contando con todos,
sacerdotes, religiosos, laicos...
Su ordenación episcopal y la toma de posesión será el
próximo 18 de junio a las 12h en la Catedral. ¿Tiene ya decidido cuál va a ser
su lema y el escudo episcopal?
Sí. Mi lema será “Misericordia Tua” y unos sacerdotes me
están terminando de hacer el escudo. En el centro aparecerá el escudo de la
Orden de San Agustín. En la parte inferior una flor de lis en referencia a la
diócesis de Palencia y el lema; en la parte superior izquierda una estrella de
ocho puntas en alusión a la Virgen María y a la derecha siete estrellas en
referencia a las siete iglesias mencionadas en el Libro del Apocalipsis.
¿Cómo cree que se pueden fomentar las vocaciones?
Lo primero que debemos hacer es “a Dios rogando”. Si el
Señor no construye, no tenemos nada que hacer. Tenemos que comenzar desde la
familia, desde una cultura de la vocación. El hombre va a ser feliz cuando
descubra a qué le llama Dios. Es importante el testimonio de los padres y
debemos fomentar el espíritu comunitario en la Iglesia: la Diócesis no es el Obispo,
el Obispo está al servicio de la Iglesia, los curas no son sólo la Iglesia,
somos parte de la Iglesia y al servicio de los laicos. Y los religiosos están
en la Iglesia pero no somos el ombligo del mundo, estamos para destacar algunas
dimensiones de la Iglesia. Creo que es desde esa perspectiva desde donde
debemos trabajar.
Oficina de Comunicación de la Diócesis de Palencia
DESCIFRANDO A D. MANUEL
Una cita de la Biblia: «Me amó y se entregó por mí» (Gálatas
2, 20).
Un libro: La Biblia, por descontado. Y Las Confesiones, de
San Agustín.
Una película: “De dioses y hombres”, la película que narra
la historia del asesinato de los monjes del Monasterio de Tibhirine en Argelia.
Un viaje: Aparte de ir a mi pueblo y poder ver el mar... el
que me gustaría hacer, porque no he estado nunca, a Tierra Santa.
Su comida preferida: No tengo especiales... pero me gustan
mucho los huevos fritos con patatas fritas.
Un objeto personal al que tenga especial cariño: Una foto
con mis padres y mi familia. Tendría yo cinco años y nos llevó mi padre a pasar
el día en Llanes. Y estamos los cinco, mis padres, mis hermanos y yo.
Un santo y una santa que hayan dejado su impronta en Usted:
Muchos. Si tuviera que destacar a dos... a San Agustín, por descontado, y a
Santa Teresa de Lisieux.
Tres retos ilusionantes para nuestra Iglesia de hoy: Uno, la
Evangelización. Evangelizar con alegría, con esperanza y con el servicio.
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