domingo, 29 de mayo de 2016

29 de mayo de 2016 El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

  • Gén 14, 18-20 Sacó pan y vino 
  • Sal 109 Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec 
  • 1 Cor 11, 23-26 Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor 
  • Lc 9, 11b-17 Comieron todos y se saciaron.

La Eucaristía, misterio y presencia
 
La Iglesia celebra todos los días la Eucaristía, pero hoy de una forma especial. Melquisedec agradece a Dios la victoria que ha concedido al patriarca Abrahán y este le ofrece pan y vino (1 Lect). La multiplicación de los panes es anuncio de la Eucaristía (Ev). La Iglesia ha recibido por tradición la Eucaristía en cuanto memorial de la Pascua del Señor (2 Lect).

Día de la Caridad 2016. Practica la Justicia, deja tu Huella.

Pautas para dejar huella

Dejar espacio a la esperanzaAbrir los ojos pero no para mirar a cualquier parte, sino para mirar con perspectiva, con conciencia, con valentía; mirar la realidad de nosotros hacia fuera para encontrarnos, a nosotras y a las demás personas.

Y en ese abrir los ojos sabernos y reconocernos mirados, acogidos y amados por el Dios que todo lo crea y recrea. Esta nueva visión nos conduce a dejar que la solidaridad que habita en cada ser humano se manifieste y se produzca una auténtica conversión del corazón, de nuestros hábitos, de nuestros intereses particulares y colectivos.

Sólo así podemos salir a las periferias de nuestros espacios cálidos y confortables y encontrarnos con los que pasan hambre, sed, soledad, abandono, para desde ahí sembrar iniciativas, proyectos, alternativas a un modelo de sociedad, de economía, de pensamiento, que deje huellas de esperanza y de justicia para todos.

sábado, 28 de mayo de 2016

Del You Cat: ¿Cuáles son los rasgos de la oración cristiana?

¿Cuáles son los rasgos de la oración cristiana? (493)
 
La oración cristiana es una oración en actitud de fe, esperanza y amor. Es constante y se abandona a la voluntad de Dios [2656-2658, 2662].

El cristiano que ora sale en ese mismo momento de sí mismo y entra en actitud de confianza creyente en el único Dios y Señor; al mismo tiempo pone toda su confianza en Dios: en que Él le escucha, lo acoge y lo perfecciona. San Juan Bosco dijo en una ocasión: «Para conocer la voluntad de Dios se necesitan tres cosas: orar, esperar y dejarse aconsejar» Por último, la oración cristiana es siempre expresión del amor que procede del amor de Cristo y que busca el amor divino.

viernes, 27 de mayo de 2016

Frente al descarte

Estar atentos, acercarnos, salir al encuentro, curar las heridas, acompañar, trabajar por la justicia... huellas que podemos dejar, pautas que nos proponen nuestros Obispos en su Mensaje con motivo del Día de la Caridad, que lleva por título “La Eucaristía nos configura con Jesús compasivo y misericordioso”. En esta Jornada, Cáritas nos invita a practicar la justicia y a dejar huella. Los Obispos nos animan a superar la cultura del descarte con la cultura de la compasión. Una cultura que implica la vivencia de unas actitudes concretas:

  •  La libertad: «La lógica del amor no se basa en el miedo, sino en la libertad, en la caridad, en el sano celo (...) Jesús, nuevo Moisés, ha querido curar al leproso, ha querido tocarlo, ha querido reintegrarlo a la comunidad, sin autolimitarse por los prejuicios (...). Él no piensa en las personas obtusas que se escandalizan incluso de una curación o de cualquier apertura o cualquier paso que no entre en sus esquemas mentales o espirituales» [Papa Francisco, Homilia de 15 de febrero de 2015].
  •  Superar la lógica de la ley y entrar en la lógica de la misericordia: «Hoy nos encontramos en la encrucijada de estas dos lógicas: la de los doctores de la ley, que se alejan del peligro apartándose de la persona contagiada, y la lógica de Dios que, con su misericordia abraza y acoge, reintegrando y transfigurando el mal en bien, la condena en salvación, y la exclusión en anuncio (...) La caridad no puede ser neutra, aséptica, indiferente, tibia o imparcial» [Ibid].
  •  Verificar la autenticidad de nuestro culto en la práctica de la justicia y de la compasión: Jesús sitúa el centro de la verdadera religión en el campo de la compasión. En dos ocasiones recoge Mateo [Cf 9, 9-34] esta cita de Oseas: «misericordia quiero y no sacrificios» (Os 6, 6). Con esta expresión Jesús no rechaza el culto, pero rechaza la falsedad, la trampa, la manipulación, y reclama un culto verdadero que pasa necesariamente por hacer justicia y ser compasivos.
Domingo Pérez

miércoles, 25 de mayo de 2016

Un Libro: Del Dios de la misericordia a una Iglesia misericordiosa

Del Dios de la misericordia a una Iglesia misericordiosa
Eloy Bueno y Roberto Calvo
Ed. Monte Carmelo

 
El Año Santo de la Misericordia al que nos ha convocado el papa Francisco debe tener una doble dimensión: teologal y profética. 

Teologal, porque es un re-descubrimiento del Dios que se revela de modo personal. Profética, porque interpela al creyente para que purifique su corazón y sus actitudes, y porque denuncia (sin amargura y sin deseos de venganza) los mecanismos y las estrategias que degradan a las criaturas y ofenden la ternura de Dios. 

Por tanto, desde el Dios misericordioso, la Iglesia se descubre también llamada a vivir la misericordia y a testimoniarla, como brújula de su conversión pastoral y misionera.

martes, 24 de mayo de 2016

10 razones para marcar la X de la Iglesia

Hoy más que nunca es preciso disponer de argumentos para marcar la casilla de la Iglesia católica. Aquí aparecen los 10 más importantes.

1 Es una forma sencilla de colaborar con la Iglesia. No implica trámites engorrosos. A la hora de hacer la Declaración de la Renta, basta con marcar una X en la casilla de la Iglesia. Y si he recibido el borrador en mi casa, debo comprobar que la casilla aparece marcada. En caso contrario, modificarlo es muy sencillo.

2 Es absolutamente gratis. No me van a cobrar más por mi declaración al marcarla ni me van a devolver menos por hacerlo. En definitiva, no me cuesta nada.

3 Marcar la casilla demuestra mi compromiso y adhesión a la Iglesia y a la actividad que realiza. Con ello, me siento un poco más Iglesia.

4 Es una de las pocas cosas que puedo decidir sobre mis impuestos. Pero si no lo hago, es decir, si la dejo en blanco, dado que voy a pagar lo mismo, será el Estado el que decida por mí sobre esa pequeña cantidad.

5 Con mi gesto y el tuyo demostramos a la sociedad que somos muchos los que valoramos la labor que realiza. Cada año 9 millones de personas asignan a favor de la Iglesia, lo que supone, al día de hoy probablemente, el mayor gesto de adhesión a una institución que se da en nuestro país de manera anual.

6 Es mi obligación como católico. Marcando la casilla ayudo a sostener la Iglesia en el desarrollo de todas sus actividades: mantener al clero, el anuncio del Evangelio, la vivencia de la fe y la inmensa labor asistencial que desarrolla en España y en todo el mundo.

7 Marcar la casilla de la Iglesia supone decir claramente “sí” a la libertad religiosa, consagrada en la Constitución española y a su ejercicio pleno y efectivo en una sociedad plural y democrática. Una sociedad aconfesional, pero que valora el hecho religioso como una de las dimensiones fundamentales de la persona, tal y como lo proclama el artículo 16 de nuestra Constitución.

8 Es mi decisión libre y democrática. Una decisión que no perjudica a nadie y que es plenamente compatible con otras opciones. En la actualidad, se pueden marcar simultáneamente las casillas de la Iglesia católica y de otros fines de interés social.

9 Es el dinero mejor invertido. Puedo conocer cada año, a través de la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia, en qué emplea sus recursos. Las cifras sobre la actividad celebrativa, evangelizadora, educativa, en defensa del patrimonio cultural e histórico artístico o la inmensa actividad asistencial, demuestran año a año el enorme servicio que prestan las instituciones de la Iglesia en nuestro país.

10 Por eso, para los no católicos o no practicantes marcar la casilla supone también reconocer el papel que la Iglesia tiene en la sociedad española, especialmente con los más necesitados. En los últimos años, las instituciones de la Iglesia han jugado un papel fundamental para paliar los efectos de la grave crisis económica sufrida.

Fernando Giménez Barriocanal.
Vicesecretario para Asuntos
Económicos de la Conferencia
Episcopal Española

lunes, 23 de mayo de 2016

Domingo, y el fuego purificador

Domingo se quedará solo en tierras francesas casi diez años, metiéndose hasta el cuello en el “fango de la herejía” y “cuan otro Moisés conducirá al pueblo a la liberación”. Son frases de los que conocieron la fuerza de su predicación, que no descansará por extender el Evangelio. Una labor incansable para, como al posadero, mostrar la Luz que ilumina a los hombres.

Sabemos por el testimonio de los testigos de canonización, que convivieron en los primeros pasos de su predicación, que las discusiones doctrinales eran continuas, y algunas incluso violentas. Domingo, confía en la fuerza del Espíritu, y pone al servicio de la Santa Predicación su sólida formación teológica y doctrinal adquirida en Palencia durante más de una década. La discusión doctrinales se alterna con la predicación popular, en pueblos y ciudades, en los caminos, con los labriegos, adormecidos por la predicación cátara, con los clérigos con poca formación, en definitiva, con el pueblo de Dios.

El método de las disputas teológicas sigue el esquema de coloquios apologéticos. Se fijan los temas de forma de proposiciones. Los protagonistas presentan por turno sus argumentos, y a veces los redactan, indicando sus “autoridades”, para que el adversario pueda preparar la respuesta. Algunas veces, al final de la discusión, las respuestas se ponen por escrito para ser sometidas al parecer de los árbitros del debate. Y un jurado debe decidir quiénes son los vencedores. Estos jurados, son en muchos casos incompetentes en la materia que se debate, seglares feudales o burgueses, que responderán a intereses muy bien remunerados...

En más de una ocasión se recurre al llamado y temido “juicio de Dios”. El fuego que purifica es la señal de que un hombre es inocente o culpable en una acusación grave. Pedro de Vaux-Cernai, relata que, en una ocasión, un libro de Domingo fue entregado al jurado y arrojado a las llamas por los jueces, persuadidos de que no podría quemarse si su doctrina era verdaderamente santa. Y el libro no ardió, a pesar de que se intentó quemarlo tres veces. Domingo alejado de estas supercherías, predica con ardor y conmueve a la multitud, pueblos enteros se declaran a su favor y a favor de la verdadera fe y lo siguen por los caminos. Los señores feudales, en cambio, permanecen hostiles. El fuego que Domingo prefiere, es el del Espíritu que purifica los corazones vacios de los cátaros, que ilumina más que el vil dinero, que deslumbra a los señores de Fanjeaux, Carcasonne, Montreal o Mirepoix. El fuego que devora los libros se extinguirá, pero el Espíritu que mueve a Santo Domingo y arde en su palabra no tendrá fin.

Fray Luis Miguel García Palacios, O.P.
Subprior del Convento de San Pablo

domingo, 22 de mayo de 2016

22 de mayo de 2016 La Santísima Trinidad

  • Prov 8, 22-31 Antes de comenzar la tierra, la sabiduría fue engendrada 
  • Sal 8 Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! 
  • Rom 5, 1-5 A Dios, por medio de Cristo, en el amor derramado con el Espíritu 
  • Jn 16, 12-15 Todo lo que tiene el Padre es mío; el Espíritu tomará de lo mío y os lo anunciará
El misterio de Dios
 
Dios se ha revelado y permanece siendo misterio. Dios cuando se revela “uno y trino” permanece en el misterio. Lo fascinante de este misterio es que Dios no está solo. Dios es el Padre que crea y dirige el universo con sabiduría (1 Lect) y se ha hecho cercano al hombre por medio de su Hijo Jesucristo (2 Lect). Dios Padre e Hijo nos han dado al Espíritu Santo para que nos guíe a la verdad plena (Ev).

Jornada Pro Orantibus

El 22 de mayo celebramos la festividad de la Santísima Trinidad y ese día conmemoramos también la Jornada Pro Orantibus en torno al lema: “Contemplad el rostro de la misericordia”.

En esta jornada se nos invita a orar a favor de los consagrados y consagradas en la vida contemplativa, al mismo tiempo que nos anima a conocer la vocación específicamente contemplativa y promover iniciativas pastorales dirigidas a incentivar la vida de oración.

En la Diócesis de Palencia contamos con catorce monasterios femeninos, y uno de monjes cistercienses, el monasterio de La Trapa.

Oremos por ellos y agradezcámosles su entrega, testimonio y oración.

sábado, 21 de mayo de 2016

De la Doctrina Social: El servicio en la vida social

El servicio en la vida social
[551] La presencia del fiel laico en campo social se caracteriza por el servicio, signo y expresión de la caridad, que se manifiesta en la vida familiar, cultural, laboral, económica, política, según perfiles específicos: obedeciendo a las diversas exigencias de su ámbito particular de compromiso, los fieles laicos expresan la verdad de su fe y, al mismo tiempo, la verdad de la doctrina social de la Iglesia, que encuentra su plena realización cuando se vive concretamente para solucionar los problemas sociales. La credibilidad misma de la doctrina social reside, en efecto, en el testimonio de las obras, antes que en su coherencia y lógica interna.

Adentrados en el tercer milenio de la era cristiana, los fieles laicos se orientarán con su testimonio a todos los hombres con los que colaborarán para resolver las cuestiones más urgentes de nuestro tiempo: «Todo lo que, extraído del tesoro doctrinal de la Iglesia, ha propuesto el Concilio, pretende ayudar a todos los hombres de nuestros días, a los que creen en Dios y a los que no creen en Él de forma explícita, a fin de que, con la más clara percepción de su entera vocación, ajusten mejor el mundo a la superior dignidad del hombre, tiendan a una fraternidad universal más profundamente arraigada y, bajo el impulso del amor, con esfuerzo generoso y unido, respondan a las urgentes exigencias de nuestra edad».

viernes, 20 de mayo de 2016

Exposición de Fotografías Palencia Coopera

Hasta el 31 de mayo puede visitarse, en el Museo de Palencia (Pza. Cordón), la exposición de fotografías Palencia Coopera.

En la muestra pueden contemplarse los proyectos de cooperación en los que colaboran numerosas ONG´s, muchas de ellas vinculadas a la Iglesia.

jueves, 19 de mayo de 2016

Cincuenta años

En esta primavera, algunos estamos celebrando lo que antes pensábamos -¿verdad, compañeros?- que siempre celebraban “otros” (los muy mayores): las “bodas de oro”. Resulta que hemos visto también celebrar “bodas de platino”, y los que las celebran caminan bastante bien. ¡Demos gracias a Dios!

Han pasado 50 años y parece que fue ayer, cuando, en la capilla del seminario mayor, el obispo de entonces, don José Souto Vizoso, nos impuso las manos, invocó al Espíritu Santo y nos confirió el presbiterado. Era una mañana radiante, un 29 de junio de 1966, fiesta de los Apóstoles Pedro y Pablo. Lo hemos recordado y celebrado cada año. Hoy, después de 50 años, lo celebramos especialmente.
¿Merece la pena ser cura? ¿Mereció la pena la elección que hicimos?

Éramos doce. Siempre comentábamos: “Doce, como los apóstoles”. Recemos para que no haya “bajas”. Pero el día que dijimos, con 23 o 24 años, “de acuerdo, quiero ser cura”, ¿dimos un paso en falso?

Supongo que esta será la misma pregunta que, alguna vez, nos hemos hecho todos. Más aún, la misma pregunta que, en distintos ámbitos y desde otras situaciones, se hace todo hombre o mujer, cuando ha cruzado el meridiano de su vida. La misma pregunta que se formulan las parejas en sus bodas de oro: “¿Merece la pena?”.

¡Pues sí, merece la pena! Aunque algunas veces, después de cada fracaso, hayamos dudado y hasta soñado con paraísos que no existen.

Nosotros, como curas, pertenecemos a la generación del Concilio Vaticano II, que acaba de cumplir también sus “bodas de oro”. El Concilio se clausuró un 8 de diciembre de 1965. Recuerdo que alguien nos dijo: “Os tocará aportar algo a la renovación y reforma de la Iglesia”. Y algo modestamente hemos ido aportando. Aunque no siempre sea fácil situarse con las convicciones cristianas en el mundo de hoy, tan indiferente, unas veces, y tan agresivo, otras.

Unos te tachan de ir despacio, de acomodarte, de no abrir caminos (reconozco que hacen falta exploradores, pero no todos estamos hechos para ser pioneros). Otros te dicen que, dado los años que tienes, algo más podías haber hecho...

Pienso que hay que escuchar a todos, pero no hay que actuar al dictado de nadie. Lo mejor es ser fieles a lo que cada uno lleva dentro, cargar las pilas todos los días en la oración y en la eucaristía, y seguir navegando al paso que cada cual lleva.

Sí, merece la pena ser cura. Sé que, hoy, no es fácil serlo. ¿Pero hay algo fácil?

¿Merece la pena seguir siendo cura “en esta sociedad”? ¿En cuál, si no? No tenemos otra sociedad más que esta, a no ser que nos traslademos a otros lugares...

¿Y merece la pena ser cura “en esta Iglesia”? Sí, claro, “en esta Iglesia”; tampoco tenemos otra. Pocas cosas existen como uno las sueña.

Demos gracias, por tanto, al Padre por haber llegado hasta aquí. Que Dios nos dé un puñado más de años, para seguir sirviendo al Reino de Cristo dentro de su Iglesia.

Lo recordé el día de San Juan de Ávila: el Papa Benedicto, cuando se retiró, dijo que lo hacía para orar. Buen propósito para ir preparando la jubilación: “Estorbar poco, rezar mucho y colaborar en lo que se pueda”.

Pero después de todo, no dramaticemos. Bien mirado, ¿qué son cincuenta años? ¿Y qué somos nosotros?

Somos unos muchachos, un poco más creciditos, pero con la misma sonrisa (y los mismos enfados) que cuando teníamos veinte años.

Eduardo de la Hera

miércoles, 18 de mayo de 2016

La Magia de los niños de Aguilar

El 7 de mayo se celebró en Madrid la final del certamen de Clipmetrajes de Manos Unidas en la que el trabajo elaborado por los niños y niñas de la Parroquia de Aguilar de Campoo “¿Magia?” se alzó con el tercer premio en la categoría Escuelas Primaria.

El concurso de clipmetrajes nació hace 7 años para “concienciar, sumar esfuerzos y puntos de vista para cambiar el mundo y luchar contra el hambre a través de vídeos de 1 minuto”. En esta edición el objetivo concreto era “sensibilizar y denunciar el consumo y desperdicio de alimentos”. Los niños de la parroquia de Aguilar de Campoo creen que hay que cambiar las actitudes para que el mundo tenga otro tono, otro color. Por eso, cambiar el mundo ¿es cosa de magia? La magia está en ti.

Confirmación de Adultos en la fiesta de Pentecostés

El pasado 15 de mayo, Día de Pentecostés, XX adultos recibieron el Sacramento de la Confirmación. La celebración, en la S.I. Catedral, fue presidida por el Administrador Diocesano.

martes, 17 de mayo de 2016

Ante el 1 de Mayo

Cada 1º de mayo, me vienen a la cabeza un montón de recuerdos y sensaciones. Recuerdo ir con mi difunto Padre al Salón Isabel II, recuerdo ruidos, silbatos, banderas rojas, mucha gente, caminando por la calle Mayor, todos en la misma dirección. Yo era pequeño, no comprendía ni entendía nada.

Con el paso de los años he aprendido y he comprendido la profundidad y la sabiduría, que encierra el pequeño gesto que mi padre realizaba cada año, con algunos amigos y compañeros. Un sencillo gesto que junto con otros muchos y otras gentes, han ayudado a mejorar las condiciones laborales y los derechos de los trabajadores. No podemos olvidar la historia, allá por el 1886 (los Mártires de Chicago), ahorcaron a personas por revindicar la jornada laboral de 8 horas, que hoy muchos disfrutamos.

Pongo la mirada en la actualidad... ¿y qué veo? Pues que la crisis y las sucesivas reformas laborales han tenido mucho que ver en el ascenso de los accidentes en el trabajo. Que el trabajo se ha degradado de tal manera que es difícil reconocerlo. Aumentan los contratos precarios y temporales. Desaparece el trabajo indefinido. El trabajo ha pasado de ser un bien para la vida, a ser un instrumento de producción.

No podemos permanecer indiferentes ante estas situaciones, que conocemos y que incluso padecemos en nuestras familias y en nuestros entornos... no ya por nosotros, sino por nuestros hijos.

“El trabajo está en función del hombre y no el hombre en función del trabajo”.

(Juan Pablo II. Laborem Exercens)

Solo la conciencia, la dignidad y la solidaridad, pueden traernos la esperanza de alcanzar soluciones. Todos y todas estamos llamados a participar e implicarnos.

Pablo (H.O.A.C.)
Área de Pastoral Social

lunes, 16 de mayo de 2016

San Pascual Bailón. Su fiesta se celebra el 16 de mayo

Talla en madera dorada y policromada, primer tercio S.XVIII. Autor anónimo. Iglesia conventual de las MM. Agustinas Recoletas (Palencia).
Nació en Torre Hermosa (Zaragoza) un 16 de mayo de 1540 -día de Pascua de Pentecostés- en una familia de labradores pobres. Hasta los 7 años vivió en su pueblo y después en Alconchel de Ariza (Zaragoza) sirviendo de pastor. Allí aprendió a leer y escribir de forma autodidacta con devocionarios religiosos. Con 24 años fue a trabajar a Monforte del Cid (Valencia) donde estaba el convento de Orito. El dueño de la finca en la que trabajaba como pastor solía decir que el mejor regalo que le podía hacer era dejarle ir algún día a misa. Desde el campo donde cuidaba las ovejas veía la torre del pueblo y muchas veces podía escuchar la campana que se tocaba después de la consagración. En aquel entonces, y al oír el sonido mucha gente se arrodillaba. San Pascual no solo se arrodillaba sino que hacía adoración profunda y oración agradecida.

También cercano del convento había una pequeña ermita que Pascual solía visitar. En ella se le apareció Jesucristo en la Sagrada Forma trasportada por ángeles.Tras este suceso ingresó como hermano franciscano con 28 años en el convento de Ntra. Sra. de Orito. Este convento tenía fama de vivir la sencillez franciscana. Tomó los hábitos en 1564 e hizo profesión perpetua el 2 de febrero de 1565.

San Pascual -asceta y místico- desarrolló su fe a través de la caridad fraterna y defendió la presencia de Cristo en la Eucaristía. Entre los milagros que se le atribuyen destacan la multiplicación del pan para los pobres, la curación de enfermos y el don de profecía. La tradición popular afirma que muchas veces orando experimentaba tanta alegría que se ponía a bailar, por eso algunos creen, sin fundamento, que su apodo está relacionado con esa actividad.

Murió el 17 de mayo de 1592 en el convento del Rosario (Villarreal). Era otra vez Pascua de Pentecostés. Beatificado en 1618, fue canonizado en 1690. Es Patrón de los congresos y asociaciones eucarísticas y sacramentales.

El arte le representa vestido con hábito franciscano, sombrero, cayado de pastor y siempre con la custodia en sus manos. En casi todos los conventos de frailes franciscanos -masculinos y femeninos- hay pinturas y tallas del santo. En Palencia destaca la del Monasterio de Agustinas Recoletas.

Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio 

Oración
Oh Dios que concediste a San Pascual un inmenso amor por la Sagrada Eucaristía, concédenos también a nosotros una gran devoción al Santísimo Sacramento y una vivencia profunda de la Santa Misa.

Fallecimiento

El pasado 29 de abril falleció el sacerdote D. Luis García Moro. Nacido el 4 de abril de 1931 en Villaumbrales, fue ordenado Sacerdote el 12 de junio de 1954.

Su primer destino pastoral fue el de Ecónomo de Villanueva de la Peña y Simultáneo de Pisón de Castrejón. Más tarde fue Párroco de San Román de la Cuba y Simultáneo de Pozo de Urama. En años posteriores fue Vicario de Villalcón, Párroco de Fuentes de Nava, Formador de alumnos Estudios Eclesiásticos, Simultáneo de Autillo, Simultáneo de Abarca de Campos y Delegado de zona Campos.
También fue Párroco de Paredes de Nava, Capellán del Centro Asistencial S. Juan de Dios de Palencia, Delegado diocesano de Pastoral de la Salud y Colaborador en San Lázaro de Palencia.
Descanse en Paz.

Celebramos San Juán de Ávila

El pasado 10 de mayo celebramos la festividad de San Juan de Ávila, patrón de los sacerdotes. Ese día se vive en la Diócesis una jornada muy especial en la que se rinde un sencillo y sentido homenaje a los sacerdotes de la Diócesis que celebran sus bodas sacerdotales.

Este año los sacerdotes que celebraban 50 años de su ordenación han sido Pedro Alcalde, Juan Antolín, Emilio Cajigal, Francisco Casas, Ramiro Fernández, Ricardo Gómez, Eduardo de la Hera, Emiliano Manso, Máximo Pérez y José Mª Vega. Incardinados en otras diócesis: José Antonio Blanco (Zaragoza) y Germán Usano (Madrid).

Han celebrado los 60 años de su ordenación Alfredo Arto, Antonio García, Santiago García, Ramiro Merino, Laureano Pérez, Ignacio Ruiz y Froilán Tarilonte. Incardinados en otras diócesis: Antíoco Bartolomé (Valladolid), Jaime de la Fuente (Valladolid), Daniel Pérez (Valladolid) y Marciano Zamora (Valladolid).

En el programa El Espejo de la Iglesia del pasado 6 de mayo contamos con el testimonio de uno de estos sacerdotes que cumplen sus Bodas de Oro. En esta página reproducimos lo que José María Vega nos contó ante los micrófonos de Cope Palencia.

“Estos 50 años de vida sacerdotal han sido muy positivos” José Mª Vega

¿Cómo descubrió su vocación?Yo nací a la sombra del Seminario. Jugaba de niño en la plaza del Cordón y veía a los seminaristas, quizá fuese ese el embrión de mi vocación; además mi hermana mayor era religiosa filipense y también su vocación tuvo influencia en mi, pero la vocación madura a través de los años, en la formación y doce años en el seminario da tiempo para madurar esa vocación y tomar una decisión libre. En todo caso, para dar razón de la vocación, creo que debemos dirigirnos a Jesús de Nazaret que dijo a sus amigos: “No sois vosotros los que me habéis elegido, sino que soy yo el que os ha elegido”.
 
¿Qué recuerdos tiene de su ordenación?Me ordenó el obispo Souto Vizoso y la primera misa la celebré a los pies de la Morenilla que era mi parroquia, la Virgen de la Calle. Ese mismo día casé a una hermana. Pero lo más interesante de la época de mi ordenación fue el impacto del Concilio Vaticano II, nosotros veníamos de una formación muy tradicional, propia de la época y entrábamos, a través del concilio, en una época ilusionante de transformación y renovación, que nos obligaba a adaptarnos a la realidad.
 
Su trayectoria pastoral comenzó en Aguilar, luego estuvo en la parroquia de San Miguel y más tarde consiliario de distintos movimientos, director de Aspanis, delegado de Cáritas... ¿Qué balance hace de estos años? Su vocación ha estado orientada generalmente a la atención de las personas más desfavorecidas, como recuerda el Papa Francisco salir a las periferias...
 
Es difícil hacer balance y elegir un momento de todos estos años. La época en la que estuve trabajando en Cáritas me marcó mucho, la experiencia de trabajar con los pobres es muy gratificante pero al final te cuestiona mucho la vida. Yo recuerdo que me planteaba: hablo con los pobres, leo mucho de los pobres, los veo, los toco pero al fin, yo no soy pobre. La experiencia esencial de la existencia del pobre nunca la vivías plenamente. Esa etapa resultó una experiencia dura, gratificante al mismo tiempo y que me cuestionó mucho. 

La creación del grupo scout en San Miguel con los jóvenes fue una experiencia muy ilusionante, fueron los primeros años de mi sacerdocio, recuerdo celebrar la eucaristía en los campamentos a la luz de la luna y el optimismo de los jóvenes.

Posiblemente el contacto con los discapacitados fue una de las tareas más gratificantes, iniciamos la primera marcha solidaria de Aspanis (este año acaba de celebrarse la 37 edición), celebrábamos la Eucaristía con las personas del centro y para acercarles la Palabra de Dios leíamos el Evangelio con muñecos de guiñol, recuerdo esa etapa con enorme cariño. 

Lo cierto es que estos 50 años de vida sacerdotal han sido muy positivos.

Natalia Aguado León

Admisión a las Sagradas Órdenes

El pasado 8 de mayo nuestros seminaristas dieron un paso más en su camino hacia el Sacerdocio, al recibir en el Seminario Conciliar de Madrid el Rito de Admisión a las Sagradas Órdenes. En este importante día les acompañaron sus familiares, amigos y el Administrador Diocesano.

Vaya desde aquí nuestra enhorabuena a René Casero, Daniel Becerril y Álvaro Pinto.

El Papa Francisco recibe al Obispo electo de Palencia, D. Manuel Herrero

El pasado 4 de mayo, el Obispo electo de Palencia, D. Manuel Herrero Fernández, OSA, pudo conversar durante unos minutos con el Papa Francisco. El encuentro tuvo lugar en la Audiencia de los Miércoles en la Plaza de San Pedro.

Por otra parte, el 11 de mayo, D. Manuel se encontró por primera vez con el Colegio de Consultores de nuestra Diócesis. Este encuentro se celebró en Aguilar de Campoo.

Los agraces y la dentera

Estos días en que nuestros ediles han decidido cumplir la Ley de la Memoria Histórica, respecto a algunos nombres de nuestro callejero palentino (y si pensaran recurrir la sentencia posiblemente la perderían) muchos palentinos hemos sentido un gran desconcierto y confusión. Al Beato Manuel González le despojarán de su calle.

Sabemos que un ayuntamiento tiene facultad para poner o quitar el nombre de una calle, lo que produce gran alegría o un hondo pesar, según se dé el caso, para los cercanos o amigos de la persona que recibe el honor o se le substrae.

He leído las acusaciones que se le recriminan y se me han clavado como espinas en el corazón. ¿Cómo ha podido pasar los 10 pasos del proceso de las Causas de los Santos, si todo esto está escrito en los diarios de la época, cuando escrupulosamente han de buscarse testigos que testifiquen sobre hechos concretos y, si es posible, experiencias personales sobre cómo vivió su fe y cómo practicó las virtudes cristianas el aspirante a ser beatificado?
En concreto, los testigos son preguntados acerca de cómo vivió el candidato las tres virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y las cuatro virtudes cardinales (prudencia, justicia, templanza y fortaleza), así como las específicas del propio estado de vida, en este caso como obispo. Además, el tribunal ha de reunir, y mirar con lupa, todos los documentos que conciernan a la vida y escritos del candidato. Entonces, ¿Cómo estas afirmaciones han podido superar la “positio” que prueban el ejercicio heroico de las virtudes de D. Manuel? Todo esto me resulta extraño.

Muchas personas me han pedido una protesta formal ante este hecho. Incluso algunos quieren que desde “el obispado” encabecemos o alentemos manifestaciones o recogida de firmas para rechazar frontalmente la actitud del Sr. Alcalde y de los Sres. Concejales. Pero yo, que creo en los santos, pienso que este no es el camino. Yo, que creo en el Crucificado, que murió perdonando, no pienso alentar cruzadas, porque sé que entre los soldados que asesinan por obediencia o simplemente por inconsciencia, siempre hay un centurión que reconoce la equivocación y busca la reconciliación en el fondo de su corazón.

Las ideas políticas, y aún más las religiosas, forman parte del tuétano de nuestros huesos, de nuestra cosmovisión de la existencia, por eso comprendo que cada uno quiera restituir a los suyos y así debe ser. Me duele tanto el que fue asesinado clandestinamente en una desconocida cuneta como el que tras un juicio sumarísimo es fusilado tras una sentencia por sus ideales. Pero remover los enfrentamientos desde el lado que sea, en pleno siglo XXI, es un enfoque retrógrado e insensato de la sociedad y de la historia. Y no tiene nada de cristiano.

¿Cómo podremos olvidar tanto rencor, nosotros que no hemos vivido el desastre irracional de aquella guerra civil que ya no es nuestra? El profeta Jeremías gritaba a su pueblo que los hijos no pueden sufrir la dentera de los frutos verdes que comieron sus padres (31,29). Lo normal, en una civilización del diálogo y la concordia, es no arrancar de la memoria ciudadana a los de un lado sino añadir al callejero a aquellos que sufrieron injusticia por seguir sus ideas y convicciones, porque nosotros ya somos otros. Pero nosotros, que debemos de construir la unidad y el sentido de pueblo, obcecadamente nos mantenemos en resucitar a los muertos sedientos de venganza.

Los jóvenes de aquellos finales de los 70, vivimos con una ilusión desbordante la reconciliación que los padres de la Constitución (con sus carencias y aciertos) y todos los partidos políticos, intentaron llevar a cabo. Todos cantábamos con Jarcha, su Libertad sin Ira: “dicen los viejos que en este país hubo una guerra...” y no dimos aquellos pasos, bendecidos por todas las naciones democráticas, para que ahora, como si se tratara del mito de Sísifo, comencemos de nuevo.

Antonio Gómez Cantero
Administrador Diocesano

domingo, 15 de mayo de 2016

15 de mayo de 2016. Domingo de Pentecostés

Hch 2, 1-11 Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar
Sal 103 Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra
1 Cor 12, 3b-7. 12-13 Hemos sido bautizados en un mismo espíritu, para formar un solo cuerpo
Jn 20, 19-23 Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu Santo



Pentecostés, plenitud de la Pascua

Pentecostés es el día y el tiempo del Espíritu Santo. El Espíritu estuvo presente al inicio de la vida pública de Jesús y está también al comienzo de la actividad misionera de la Iglesia. La presencia del Espíritu en la Iglesia tiene una triple finalidad: primero, para continuar en la Iglesia el plan salvífico universal (1 Lect); segundo, para llevar a término la obra de Cristo después de su Ascensión y convertir a los discípulos en mensajeros de paz y de perdón (Ev); tercero, para que el Espíritu Santo comunique sus dones a los fieles en favor del bien común (2 Lect).

domingo, 8 de mayo de 2016

8 de mayo de 2016. VII Domingo de Pascua. La Ascensión del Señor

Hch 1, 1-11 Lo vieron levantarse
Sal 46 Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas
Ef 1, 17-23 Lo sentó a su derecha en el cielo
Lc 24, 46-53 Mientras los bendecía, iba subiendo al cielo



La Ascensión del Señor

Cristo asciende al cielo para volver victorioso al final de los tiempos. Es la fiesta de la ausencia del Señor en beneficio de la presencia del Espíritu Santo. Dos páginas bíblicas y dos estilos narrativos cuentan la Ascensión de Jesús al cielo y la misión que confía a sus discípulos (1 Lect y Ev). Los discípulos de Cristo se convierten en anunciadores del Evangelio y en testigos de lo que han visto y oído. Cristo resucitado ha entrado en el santuario como sumo Sacerdote (2 Lect).

jueves, 5 de mayo de 2016

¡Bienvenido, don Manuel!

Trascurrido casi un año desde que la diócesis de Palencia dijo adiós a don Esteban, que regresó a su tierra valenciana, nos llega ahora como Obispo un agustino cántabro, vinculado desde niño a estas tierras, cuando el colegio de los agustinos era un hervidero de vocaciones y toda Palencia era un semillero y granero de futuras promesas.

El nuevo obispo se llama Manuel, que significa “Dios con nosotros”. Es verdad que sólo uno es el Emmanuel: Cristo. Pero la teología nos dice que el episcopado es un sacramento en medio del cual Cristo mismo se hace presente, actúa y sirve. La configuración sacramental del Obispo con Cristo es de alto voltaje y fuerte nivel.
 
Don Manuel -él lo sabe-, además de ser cristiano con nosotros, se hace pastor para nosotros, como dice san Agustín. Y todo, para traernos al Emmanuel, aquel que nunca dejará de ser “Dios con nosotros”.
 
El nuevo Obispo ha dicho: “Quiero ser para vosotros padre, hermano, compañero y amigo”. Todo a la vez. Buen programa.
 
Sabemos que él viene con redoblada ilusión, después de haberse curtido en muchas otras tareas y de haber dejado fatigas y sudores aquí y allá, en muchos surcos pastorales. San Pablo consideraba cada trabajo apostólico (más aún cada sufrimiento por el Reino de Dios) como una medalla “conquistada” para Cristo. Aunque luego nadie se la colgara al apóstol del cuello. Por el contrario, los aplausos que recibía eran naufragios y peligros de todo tipo.

martes, 3 de mayo de 2016

“Evangelizar con alegría, con esperanza y con el servicio”

Llegamos a tierras cántabras con ganas de conocer y descubrir al que va a ser nuestro obispo. Nos recibe en su Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y lo primero que hace es invitarnos a un café en la Casa del Mar, la cofradía de los pescadores. Llama la atención cómo conoce a los vecinos y los llama por su nombre.  Un colaborador del Obispado nos comenta que D. Manuel se toma muy en serio el mandato del Papa Francisco de “salir a las periferias” y que “cuando llegó de párroco a este barrio muy humilde fue puerta por puerta presentándose a los vecinos”. Allí todos le conocen como el P. Manuel y ya muchos saben que es el nuevo Obispo de Palencia.

D. Manuel es el menor de tres hermanos, asegura que “si algún día tuviera que perderme lo haría en Serdio” su pueblo natal, del que tiene sus mejores recuerdos de infancia, con sus padres y hermanos y se confiesa fiel admirador de Pablo VI.

De Palencia guarda muchísimos recuerdos, desde los partidos de balonmano, fútbol y baloncesto, las excursiones al Polvorín, al Cristo del Otero, las competiciones en el Campo de la Juventud, la Balastera, los trenes que le apasionan, su profesor de autoescuela Poncio con el que sacó el carnet de conducir y el estreno mundial de la obra de teatro “Terror en Cuba” con el P. José Furones. Recuerda también el Bar Esgueva al que iba con su padre. Sigue manteniendo mucha relación con compañeros agustinos de pueblos palentinos: de Villalbeto, Villalba de Guardo, Villaprovedo, Espinosa de Villagonzalo, Cevico Navero... Recuerda el frío que pasó un año cuando predicó en Mazariegos una Semana Santa.

En Iglesia en Palencia queremos conocer más a fondo a nuestro Obispo y saber cómo se siente, cómo descubrió su vocación y qué es lo que más le ilusiona de su nueva diócesis.

¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento y cómo se siente?

Lo recibí con sorpresa, se dio la circunstancia que tenía el teléfono apagado porque estaba en el funeral de un sacerdote y al encenderlo, vi una llamada de Nunciatura. Me dijeron que fuera cuanto antes a Madrid. Esa noche dormí muy mal pero al día siguiente en cuanto me monté en el tren, al poco de llegar a Reinosa ya pude conciliar el sueño. Una vez que conocí mi nombramiento sentí un profundo temor y temblor, pero al mismo tiempo una inmensa gratitud, aun siendo plenamente consciente de mi miseria y de la Misericordia de Dios.

¿Cómo descubrió su vocación como religioso agustino?

Yo desde pequeño quería ser sacerdote. Tenía mucho contacto con los párrocos de mi pueblo, sobre todo con uno que estuvo en Serdio más de 40 años, Isidro Mardones. También influyó mucho en mí la figura de la vida litúrgica de la familia, las gentes de mi pueblo... y fue de la mano del P. Santos Fernández cuando ingresé en el Seminario Monte Corbán, después fui a Palencia y allí estuve hasta los 16 años.

Las insignias litúrgicas episcopales

Según el ceremonial de obispos estas son las insignias que distinguen a los prelados.

La MITRA: Es un bonete alto de forma cónica, del que cuelgan dos tiras en la parte de atrás y que es usado por los obispos. Que tenga la mitra sobre la cabeza, quiere decir que lleva la ciencia de ambos Testamentos, así como el rostro de Moisés mostraba haces luminosos sobre su cabeza. Con los cuernos de los Testamentos, el obispo debe combatir a los enemigos de la Iglesia. La utilizan Obispos y Arzobispos.



El ANILLO PASTORAL: Que tenga un anillo en el dedo, para que pueda decir por la voz de la esposa: “Nuestro Señor Jesucristo ha puesto el anillo como signo de alianza” No sólo deberá llevarlo como muestra de fidelidad, sino principalmente para demostrar que vela para dar a Cristo como único esposo, a las almas que le fueron encomendadas. Dice el apóstol: “Yo os ligué a mi esposo para presentaros a Cristo como virgen pura”. Lo utilizan Obispos y Arzobispos.



La CRUZ PECTORAL: Es usada sobre el pecho por Obispos, Arzobispos y Cardenales.


El BÁCULO: Que lleve en la mano el bastón pastoral para corregir, sostener y empujar. El báculo esta plantado en el suelo para aguijonear a los perezosos. Es recto en su parte vertical para dirigir y sostener a los débiles; y es curvo en su parte superior para atraer a los pecadores y reunir a lo que erran según aquello: Juntad, sostened, estimulad al indeciso, al enfermo, al perezoso. Lo utilizan Obispos y Arzobispos.



El SOLIDEO: Pequeño sombrero redondo de color morado que llevan los prelados. En palabra latina significa “solo a Dios”, y es un casquete que cubre la parte posterior de la cabeza, y que es usado por el Papa en color blanco. Los Cardenales la llevan de color rojo y los Obispos y Arzobispos violeta.



Ordenación Episcopal e Inauguración del Ministerio Pastoral

 


La Ordenación Episcopal e Inauguración del Ministerio Pastoral de Mons. Manuel Herrero como Obispo de Palencia se celebrará en la S.I. Catedral de Palencia, el próximo 18 de junio a las 12.00. A la misma estarán invitados todos los Obispos de España y será presidida por Mons. Renzo Fratini, Nuncio de Su Santidad en España.

Ese día, tras los Ritos Inicales, el saludo del Administrador Diocesano, el Acto Penitencial y la Liturgia de la Palabra, llegará el momento de la Liturgía de Ordenación del nuevo Obispo. Durante la misma, tras la presentación del elegido y la homilía, D. Manuel hará su promesa a la que seguirán las Letanías de los Santos. Acto seguido llegará la Ordenación Episcopal propiamente dicha: imposición de las manos, imposición del Libro de los Evangelios, Plegaria de Ordenación, unción con el Santo Crisma, entrega del Libro de los Evangelios, entrega del Anillo, imposición de la Mitra e imposición del Báculo Pastoral.

Tras todo ello, Mons. Herrero, será invitado a sentarse en la “cátedra”, símbolo del ministerio episcopal, de su magisterio y de su autoridad pastoral. Pasado este momento, tras el “ósculo de la paz y signo de comunión” recibido de los obispos presentes, continuará la celebración con la Liturgia Eucarística.

domingo, 1 de mayo de 2016

¿Cuál es la misión de los obispos?

Los obispos son los responsables de la Iglesia particular a ellos encomendada y son corresponsables de toda la Iglesia. Ejercen su autoridad en comunión de unos con otros y para toda la Iglesia bajo la autoridad del Papa [886-887, 893-896, 938-939].
 


Los obispos tienen que ser ante todo apóstoles, testigos fieles de Jesús, que los ha llamado personalmente a su lado y los ha enviado. De este modo llevan a Cristo a los hombres y a los hombres a Cristo. Esto se realiza mediante la predicación, la celebración de los sacramentos y el gobierno de la Iglesia. Como sucesor de los apóstoles, el obispo ejerce su ministerio con su propia autoridad apostólica; no es un comisionado o una especie de asistente del Papa, sino que actúa junto con el Papa y bajo su autoridad.

1 de mayo de 2016 VI Domingo de Pascua

  • Hch 15, 1-2. 22-29 Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables 
  • Sal 66 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben 
  • Ap 21, 10-14. 22-23 Me enseñó la ciudad santa, que bajaba del cielo 
  • Jn 14, 23-29 El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho
La Iglesia se abre a otras culturas
Los apóstoles se reúnen en Jerusalén y dan soluciones a los problemas surgidos en la comunidad cristiana. Buscan la comunión entre todas las comunidades y determinan aceptar las diferencias existentes entre las comunidades (1 Lect). En nuestra sociedad se va construyendo la ciudad del futuro (2 Lect). El Espíritu de Cristo sigue enseñándonos y recordándonos lo que Jesús dijo e hizo. Su vida y enseñanza se resumen en el amor (Ev).