martes, 1 de noviembre de 2016

IV Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades y Cofradías «TOMA TU CRUZ Y SÍGUEME»

De buena noticia para nuestra Diócesis puede considerarse el recién celebrado IV Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades y Cofradías, en el que, del 28 al 30 de octubre, han participado alrededor de un millar de jóvenes llegados de toda España.

El pabellón del colegio Maristas -donde se celebraron mesas redondas-, la Plaza de la Inmaculada -donde se vivió el sábado por la tarde un Vía Crucis extraordinario- y la Catedral -donde se celebró la Eucaristía conclusiva de las jornadas- han sido los escenarios donde se ha vivido con intensidad este Encuentro.

Un Encuentro en el que se han ido combinando los momentos de reflexión y compartir experiencias, iniciativas y vivencias... con los momentos más lúdicos apropiados para el crear lazos de amistad... con los momentos de celebrar y vivir la Fe que nos une.

Y fue en la Eucaristía conclusiva donde nuestro Obispo, animó a los jóvenes a «tomar ejemplo de Zaqueo» y a «subir a la cruz si queremos contemplar a Jesús, acercarnos a él, abrirle nuestra casa y nuestro corazón. Jesús dijo a Zaqueo “hoy quiero alojarme en tu casa”... El que se siente amado... ¿cómo no va a abrir su corazón y su vida entera?».

«Tenemos que hacer como Zaqueo, que se pone en pie, se levanta y acoge al Señor» -añadió nuestro Obispo- «La conversión es ponerse en pie y mirar a Cristo que nos dice “Toma tu cruz y sígueme”. Seguir a Jesús supone dejar que se aloje en nuestra vida y poco a poco ir cambiando nuestra mente, nuestro corazón y nuestra conducta. Ojalá nosotros sabiéndonos pobres, pequeños y pecadores sepamos tomar ejemplo de Zaqueo».

PALABRAS FINALES DEL ENCUENTRO
Tras la Eucaristía, Silvia Martínez, en nombre del Cómite Organizador del IV Encuentro, dio lectura a unas palabras que, a modo de conclusión, resumían lo vivido:

Siendo hoy, domingo 30 de octubre de 2016, llegando al final de este IV Encuentro Nacional de jóvenes cofrades, no quisiera extenderme mucho en estas conclusiones, si es que conclusiones podemos llamar a este final, ya que no me gustaría que ninguno de vosotros cerrarais en vuestro corazón este Encuentro tan especial.

Las voces de los jóvenes cofrades han resonado en Palencia más fuerte que nunca, demostrando que su implicación en las cofradías, aparte de necesaria, es un hecho habitual que nace siempre desde el respeto y la pasión, siempre con una pizca de ilusión y alegría. Somos jóvenes, los mismos que hemos cantado y bailado por Palencia, los mismos que nos hemos emocionado en el Via Crucis, los mismos que ante el Señor, nos postramos y damos gracias por todo lo vivido.

Los Encuentros Nacionales de Jóvenes han conseguido dejar huella en vuestros corazones, han llenado vuestra vida de amigos y de hermanos, han supuesto un cambio para vosotros y para vuestras Juntas de Gobierno, los jóvenes son el presente, los jóvenes hemos llegado para quedarnos.

Que Palencia haya servido para volver a encontrarnos, abrazarnos, conocernos y hacernos un poco más grandes, para comprobar de las voces de otros hermanos, que hay creer fuerte, que hay que apostar por este presente que necesita corazones desbordantes de energía como los vuestros, de un toque de locura que nos lleva a cambiar nuestras vidas con un único objetivo: estar orgullosos de ser jóvenes cofrades y cristianos cada día.

Un año para volver a vernos, pero seguramente horas para volver a hablarnos y estar pendientes los unos de los otros, para recordarnos que el amor en Jesús, es el amor que nos mueve a querer nuestras Cofradías, nuestras Semanas Santas, nos mueve a querernos tan solo viéndonos una vez al año.
Jóvenes cofrades, volved a tomar vuestra Cruz, vendrán tiempos difíciles, no estáis solos en este camino. Sed testigos de lo aquí acontecido, sed Testimonios vivos de nuestra Semana Santa, de nuestro Señor Jesucristo.

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